Educación fija el 75% de los contenidos
La Ley Orgánica para la Reforma Educativa establece cuatro reválidas y elimina la Selectividad. Impone más horas de Matemáticas, Inglés y Ciencias, lo que limita la decisión de las Comunidades.
«Sensata, gradual y en ningún modo ideológica». Con estos tres calificativos José Ignacio Wert presentó ayer, tras el Consejo de Ministros, el anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), la séptima reforma planteada en cuatro décadas. Pero el ministro no consiguió que las asociaciones de padres, los profesores, los sindicatos, los políticos de la oposición o algunas comunidades autónomas compartieran esos adjetivos. Todo lo contrario, pues recibió una buena glosa de acusaciones que incluyeronhasta peticiones de dimisión por parte del Gobierno vasco.
El punto más caliente y polémico ha sido la imposición de un mayor número de horas en las asignaturas instrumentales, como Matemáticas, Inglés o Ciencias, lo que supone en la práctica un recorte de la capacidad de decisión de las comunidades.
De este modo, el Ministerio de Educación fijará el contenido del 65% de los horarios en las regiones que cuentan con lengua cooficial, como País Vasco o Galicia, y un 75% en el resto. La cifra supone un incremento de un 10%. El ministro de Educación defendió este cambio porque «estas materias son fundamentales para la formación en la vida de los jóvenes» y descartó que sea una invasión de competencias: «Nace de la necesidad de reducir la dispersión de los contenidos de la educación y de homogeneizar las clases», resaltó. El ministro insistió en negar una «recentralización» de las competencias.
Wert consideró que esta equivalencia en los contenidos es fundamental para atajar las desigualdades que el informe PISA y la Unión Europea han detectado entre diferentes comunidades. «Es una competitividad sana; nuestra responsabilidad pasa por la necesidad de garantizar un mínimo», defendió
Cuatro pruebas
A esta idea sobre la igualdad también acudió Wert para justificar la implantación de cuatro pruebas de evaluación a nivel nacional, cada una de ellas al término de las etapas no universitariasas. Así, la primera se producirá en Tercero de Primaria y servirá para detectar dificultades de aprendizaje en la comunicación lingüística. La segunda se producirá en Sextode Primaria, con la idea de que el centro compruebe si el niño está preparado para dar el salto a Secundaria. Esta reválida, término no muy del agrado del ministro, será de carácter informativo tanto para el colegio como para la familia del alumno. El curso 2013-2014 contará con otro nuevo examen como requisito para obtener el Graduado en EducaciónSecundaria Obligatoria. Una prueba que será diferente para acceder a Bachillerato o a FP —los alumnos también podrán hacer las dos si lo desean—. La calificación final de ESO será la combinación de la nota media al 70% y la nota de esta evaluación al 30%.
Estos cambios en los exámenes finales también llegan a la tradicional selectividad, sustituida ahora por una prueba final de ámbito nacional.
Calificación
En este caso, la calificación final del Bachillerato se obtendrá de sumar el 40% de este nuevo examen con el 60% de la nota ponderada del Bachillerato.Wert destacó que no será óbice para que las universidades puedan hacer sus propios exámenes. La reforma, que también facilitará las subvenciones a los colegios que separan por sexo, incluirá otro de los cambios más polémicos, como es la reforma de Cuarto de la ESO, que, como se sabe, pasará a ser un curso de iniciación al Bachillerato y a la FP Una Formación Profesional que seguirá el modelo alemán, con la idea de instensificar el contacto con el mundo empresarial y dar así salida a gran parte del paro juvenil (entre 18 y 24 años), que en 2011 se sitúo en el 48%.