«Tengo la sensación de que nació aquí» 4 líneas

Ángela se llama Ángela desde que nació. Es una casualidad que su padre se llame José Ángel. Apenas hay recuerdos de la época española en el paisaje urbano de Manila, todo se destruye. Pero España pervive en su cultura. Mercedes y José Ángel viajaron allí en abril en busca de su hija. Fueron cinco años largos de espera desde que empezaron con los trámites tras desistir de unos infructuosos tratamientos de fertilidad y fecundación in vitro. Llevan cinco meses juntos, pero «la sensación es que nació aquí, que ha estado aquí toda la vida», afirma la madre.

Cuando llegaron al orfanato, Mercedes estaba tan nerviosa que se le saltó la sangre de la nariz. «Hasta que no entregas el talón, un donativo de mil euros, no ves a la niña». Ella reconoció a su hija enseguida y no pudo evitar acercarse a ella de inmediato, desoyendo los consejos para que no fuera directamente. «Mamá, no; papá, no», repetía la niña. «Se te cae el mundo encima: te preparan y te dicen que puede rechazar a uno de los dos. Pero a los dos...». A los diez minutos salió del orfanato de la mano de su madre. Tan contenta. Sólo 30 horas le separaban de su nuevo hogar en Villamañán. Ángela acaba de empezar el colegio y está encantada. Un día les sorprendió hablando tagalo y saben que entiende el inglés. «Se ha adaptado bien, conoce a toda la familia y entiende todo», apuntan su padre y su madre. La adopción plena se formalizará en un año.