Diario de León

El cerco al Congreso acaba en batalla campal tras las asambleas por la ciudad

La policía carga al ser roto un cordón de seguridad, lo que se traduce en 50 heridos y 40 detenidos.

Policía y manifestantes frente a frente en la plaza de Neptuno separados por unas vallas de seguridad.

Policía y manifestantes frente a frente en la plaza de Neptuno separados por unas vallas de seguridad.

Publicado por
melchor sáiz-pardo | madrid
León

Creado:

Actualizado:

Decenas de miles de personas pacíficas respondieron a la llamada de ‘Rodear el Congreso’ para reclamar la disolución de las Cortes y una nueva asamblea constituyente, pero también los violentos acudieron a la convocatoria y, en parte, lograron su objetivo de reventar los que debía ser una protesta multitudinaria pacífica. Como temía la Policía, la zona más caliente fue la plaza de Neptuno, donde una multitud logró romper el primer cerco policial y quitar parte de las vallas que protegen el palacio de la carrera de San Jerónimo. Ese episodio fue la chispa. Y a partir de ahí, los aledaños del Parlamento se convirtieron en un campo de batalla.

El 25S comenzó tranquilo. Centenares de personas participaron en las asambleas dispersas por toda la ciudad sin que hubiera asomo de incidentes. El ambiente era festivo.

Tampoco hubo problemas durante las dos manifestaciones que partían de la plaza de España y de Atocha para confluir sobre las 18.30 horas en los alrededores del Congreso tras unas grandes pancartas en las que se leía «que se vayan todos».

Cuando las marchas terminaron, el Congreso ya estaba blindado por cerca de 1.500 agentes, entre antidisturbios, unidades de caballería y miembros de los servicios de información. Y la tensión era patente entre los uniformados. El despliegue policial, sin precedentes desde que empezaran las manifestaciones de ‘indignados’ en 2011, logró convertir el barrio de las Letras, donde está el Congreso, en un verdadero búnker, con decenas de calles cortadas y todos los accesos bloqueados por agentes antidisturbios. Para las 19.00 horas, ya eran miles –más de 20.000 personas con toda probabilidad– los que se agolpaban en el acceso de la carrera de San Jerónimo. La confusión y la multitud fue aprovechada por varios alborotadores para empezar a lanzar objetos a la policía. Los agentes no respondieron.

El mismo grupo, situado en vanguardia de la protesta, logró arrancar literalmente parte del entramado de vallas, rompiendo así el primer cordón de protección del Congreso. Las cargas policiales se empezaron a suceder y al cierre de esta edición los alborotadores quemaban contenedores y papeleras. A última hora de ayer había 40 detenidos y los heridos eran unos 50, media docena de ellos policías.

tracking