Aciertos y despilfarros de los planes E

Aunque se hable a menudo del despilfarro municipal, las estadísticas del Ministerio de Hacienda demuestran que los planes E del 2009 y 2010 se invirtieron con bastante ‘cabeza’ en la provincia. El 60% de la lluvia de 142 millones de euros que recibieron los pueblos leoneses permitieron pavimentar calles obsoletas, mejorar los sistemas de saneamiento, depuración y alumbrado de pequeñas poblaciones y reformar edificios públicos. De ellos, el 28% sirvió para rehabilitar centros de servicios sociales, sanitarios, culturales, educativos o deportivos, directamente relacionados con la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, algunos de los sueños que alentaron los fondos estatales en León también acabaron en pesadilla al permitir acometer reformas faraónicas, muy vistosas, pero al mismo tiempo costosas de mantener. Cacabelos dispone ahora, gracias a esas ayudas, de un gigantesco recinto ferial, que engulló dos millones de euros, pero no le encuentra uso y sus puertas permanecen cerradas. La zona edificada, de 850 metros cuadrados, demostró tener una cubierta de pésima acústica para albergar la Feria del Vino del año 2010. El año pasado, el certamen se organizó en el exterior y éste, regresó a la plaza del Ayuntamiento. Además, el ministerio reclama al Consistorio la devolución de un millón de euros.

Los números rojos que emergieron al desvestir los presupuestos municipales de los fondos del Estado, arruinaron también el proyecto para instalar las oficinas municipales de Valderas en el viejo Seminario, reformado con casi medio millón de euros, pero hoy con tres plantas casi vacías por sus elevados gastos de luz y calefacción. Las obras incluyeron un gran auditorio con capacidad para 400 personas, de 190.941 euros, bautizado como María de las Hazas que, pese a constituir una buena idea, sólo se usa en actos muy puntuales. Ha acogido dos certámenes de música procesional y espectáculos de magia y teatro.

Quebraderos de cabeza están dando también las piscinas climatizadas de La Virgen del Camino (500.000 euros), bien acogidas, pero con un elevado mantenimiento por su tamaño. En una época de drásticos recortes, contrasta que los pueblos de la provincia decidieran emplear aquellas ayudas estatales en macro centros cívicos, como el de cuatro plantas de Villadangos, que recibió 320.000 euros en el segundo plan del Gobierno para abrir un bar, una biblioteca, salas de ordenadores, escuela de música, gimnasio y auditorio con capacidad para 150 personas en una villa de 1.100 habitantes.

O su vecino Chozas, que destinó 450.000 euros a un gigantesco polideportivo en Villar de Mazarife, que sin embargo ha demostrado con el tiempo que se ha convertido en un referente del fútbol base leonés. De hecho, sus instalaciones son sede del Chozas FS, único representante de fútbol sala de la provincia en segunda B.

Villaquejida utilizó 137.175 euros para un centro cívico también, construido en la Plaza Mayor, pero, tras recapacitar sobre las necesidades, lo destinará a guardería. Diversos sistemas de saneamiento, colectores, depósitos sin fugas, nuevos parques y reformas de colegios nutren la mayoría de proyectos financiados por el Plan E. Un dinero que iluminó Villaturiel (con 300.000 euros), asfaltó Sariegos (con medio millón de euros) y hasta habilitó un velatorio en Pinilla de la Valdería (14.869).

La renovación de redes y pavimentación tuvo tropezones en Villablino, obligado a acometer dos veces la avenida Laciana, que engulló más de medio millón de euros.

En el área social, Astorga ayudó con esos fondos a acondionar el local de la asociación Alfaem (11.000 euros, que se suman a otros 30.000 anteriores) y el sótano del Hogar del Pensionista (28.000), Gradefes defendió su proyecto estrella de centro de atención integral al dependiente (118.756) y Santa María del Páramo dedicó 65.000 a espacios de participación ciudadana.

Algunos vecinos consideran que la Skate plaza de La Bañeza, de 197.113 euros, no ha cosechado el éxito que merecería esa alta inversión.