Diario de León

Mas sostiene que se limitó a informar a Rajoy del anhelo soberanista catalán

Afirma que salir ahora con denuncias de un . chantaje es «la excusa del mal pagador» .

El presidente de la Generalitat, Artur Mas.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas.

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cristian reino | barcelona
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Hasta la fecha no se sabe si en la campaña catalana habrá debates televisivos mano a mano entre los primeros espadas. Aunque el primer cara a cara ya se ha producido. Lo han protagonizado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el president del Govern, Artur Mas, a propósito de un presunto chantaje del segundo al primero cuando se reunieron en la Moncloa el 20 de septiembre pasado. El gobernante catalán negó que tratara de coaccionar al jefe del Ejecutivo y aseguró que se limitó a «describir» la situación que se abriría si rechazaba, como hizo, la propuesta de pacto fiscal. Y eso, subrayó, «no es ninguna amenaza».

Mas atribuyó esta reacción de Rajoy a que no se creyó que iba a dar el paso del adelanto electoral ni que el Parlamento catalán iba a aprobar la celebración de una consulta soberanista en la próxima legislatura. Acusó a Rajoy de dar ahora «excusas de mal pagador» porque no sabe como solucionar el reto planteado desde Cataluña.

El presidente de la Generalitat detalló que en aquella reunión y ante la actitud del presidente del Gobierno, no tuvo más remedio que advertirle de que si no escuchaba las reclamaciones catalanas, que «no se extrañara de que la situación fuera evolucionando hacia aquello que en Madrid os da tanto miedo». Es decir, que no se sorprendiera del aumento del sentimiento soberanista, ya certificado en la manifestación de la Diada, celebrada una semana y media antes de la cita en la Moncloa.

En cambio, Rajoy aseguró el martes en el Senado que quien no quiso hablar fue Mas, quien acudió a la Moncloa con la idea de «lo tomas o lo dejas». «Yo lo he intentado, pero para que se pueda hablar y dialogar las dos partes lo tienen que querer», precisó el jefe del Ejecutivo central. Y entre medias, el tercero en discordia, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que nadie invitó al cara a cara, pero también se apuntó, afirmó que Rajoy fue al Senado a «contar una cosa jugosa (la denuncia de chantaje) para que el debate de los presupuestos pasase a un segundo plano».

La polémica en torno a la reunión ha avivado la precampaña catalana, en la que ya ha quedado claro que estará marcada por la fricción entre los dos polos que representan CiU, el soberanismo, y el PP, el constitucionalismo. Mas, entretanto, comenzará el 7 de noviembre en Bruselas, dos días antes del inicio oficial de la campaña electoral, su periplo internacional para exponer su proyecto soberanista. Es probable, según fuentes de la Generalitat, que la gira incluya también a Berlín. Una actividad diplomática que se explica porque un elemento clave en el debate electoral será el de los miedos que genera en parte de la sociedad una Cataluña independiente fuera de la UE o del euro.

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