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de león a las estrellas. a vista de astronauta

Una firma catalana prueba en León una cápsula espacial para hacer turismo por la estratosfera

Desde el 2014, cuatro pasajeros por ascenso podrán otear la Tierra a 36 kilómetros de altura por 110.000 euros. Zero2infinity realizará la próxima semana una nueva fase de ensayos en el aeródromo de La Virgen del Camino. El interior del globo, todavía tripulado por un androide y llamado ‘Bloon’, reproducirá el clima de la Costa Azul. .

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marco romero | león
León

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Hasta el mismo borde del espacio. Allí llevará el globo estratosferíco que la empresa catalana Zero2infinity prueba desde hace meses en el aeródromo militar de La Virgen del Camino. Se trata del primer proyecto español orientado al turismo espacial y, aunque no será barato —110.000 euros por pasajero—, se garantiza una extraordinaria visión de la curvatura de la Tierra a 36 kilómetros de altura, donde se puede ver al mismo tiempo el día y la noche o donde las panorámicas pueden abarcar de Roma a París.

El programa se ha denominado Bloon —mezcla del ingles Baloon (globo) y bloom (florecer)— y ya ha entrado en fase de pruebas para, con toda probabilidad, realizar los primeros viajes comerciales fuera del planeta a partir del año 2014. Bloon es un gigantesco globo de helio que transporta una cápsula con capacidad para dos pilotos y cuatro pasajeros, que no tendrán que realizar ningún tipo de entrenamiento específico antes de la ascensión, como ocurre en los viajes espaciales que se ofrecen en cohete. De hecho, el paquete turístico de Bloon incluye un par de noches en un hotel de lujo, una cena ligera el día antes del viaje, incluso masajes.

Esta cabina con miradores transparentes y panorámicos se suspende de un globo similar a los que se utilizan en meteorología —es más grande que la Catedral de León—, lo que hace que la ascensión sea cómoda y tranquila a lo largo de las dos horas que la aeronave tarda en llegar a la estratosfera, nada que ver con los siete u ocho minutos que duran los viajes en cohete ofrecidos en el Soyuz a 35 millones de euros por pasaje —eso sí, la nave rusa asciende a 400 kilómetros, ya en órbita— o en el Virgin Galactic. En el caso del proyecto español, cuando la cápsula alcance los 36 kilómetros se desprenderá del globo y se iniciará el descenso en paracaídas lentamente. Durante este proceso, los viajeros podrán moverse por el interior de la aeronave, ir al baño, cenar u observar el espacio desde un telescopio cómodamente sentados. Al final, el viaje puede durar alrededor de cinco horas. Tras la primera parte del itinerario, el globo de helio que se desprende de la cápsula va cayendo poco a poco hacia la Tierra. El equipo recupera el aparataje eléctrico y después recicla el polietileno del globo, un gesto que reproduce los criterios de economía sostenible que defiende esta empresa catalana fundada por el ingeniero aeronáutico José Mariano López-Urdiales. En el año 2000 hizo un informe en el que ya hablaba de la necesidad de fomentar el turismo espacial. Dos años después hizo una publicación en solitario sobre el asunto. En el 2004 llegó el primer plan de negocio y en el 2009 nació la empresa.

Los creadores de Bloon —el programa tiene una inversión de 20 millones de euros, aunque la empresa sigue capitalizándose— ya han montado los primeros prototipos en Rubí (Barcelona), mientras que las pruebas de lanzamiento se desarrollan en la base aérea leonesa, donde la próxima semana se ha convocado una nueva fase de ensayos, confirmaron fuentes de esta compañía newspace . Los primeros entrenamientos a escala se llevaron a cabo el pasado mes de mayo. Y si todo sigue el camino previsto, el próximo año ya se podrán realizar los primeros vuelos tripulados para, un año más tarde, pasar a la fase comercial.

Por el momento, Zero2infinity es la primera firma que logra subir un prototipo a escala hasta la estratosfera sin que esté tripulado, pero con todos los sistemas que se necesitan para permitir la presencia de personas. Aún así, los permisos administrativos todavía no se han concedido. Antes, el Bloon deberá de pasar una serie de controles de seguridad. A este respecto, los vuelos todavía no tienen un punto de partida concreto. Se requieren localizaciones sin demasiado tráfico aéreo y relativamente alejadas de la costa para evitar golpes de viento. Además, el aterrizaje debe hacerse en un lugar despoblado, cualidades todas que cumple León. La empresa negocia con diferentes administraciones locales de España una posible ubicación, aunque su público será fundamentalmente europeo, por lo que sigue estudiando varios puntos en todo el mundo.

Hoy, el equipo de pruebas llegará a León. Durante los próximos días preprará los materiales para llevar a cabo una nueva fase de pruebas a lo largo de la semana que viene.