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León

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Jerónimo de Miguel, que además de nuevo gerente de Serfunle es tesorero de la patronal Panasef, recuerda que desde el 1 de septiembre los servicios funerarios, que estaban gravados con un IVA reducido del 8%, han pasado a tributar un 21%. Trece puntos más que en el coste medio de un entierro suponen un encarecimiento repentino de 450 euros.

El polémico incremento impositivo tuvo un efecto inmediato en lo que a los servicios funerarios se refiere. El pasado mes de agosto, en León, de duplicó el pago de tasas relativas a las anualidades de sepulturas, derechos, etc. «La repercusión del IVA se ha dejado notar más que la crisis».

Eso sí «la gente tiene asumido que es una imposición gubernamental, nosotros poco podemos hacer». O no tan poco. De hecho, desde la patronal de empresas funerarias han mantenido varias reuniones con los responsables gubernamentales para exigir una revisión en el tipo impositivo de los servicios funerarios. «Entendemos que debería quedar al menos en tipo reducido, no en el más alto, al que se ha trasladado ahora. En otros países europeos está en el tipo más bajo de IVA, o exento. Es un servicio que uno, evidentemente, no reclama; que es de consumo obligado y que no puede gestionarse. Tiene todos los componentes para estar en el reducido o desaparecer. Y en ese intento estamos».