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c. r. | barcelona
León

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El guante blanco prometido por unos y otros al inicio de la refriega electoral catalana se truncó ayer, cuando aún quedan dos semanas para las elecciones. La campaña dejó las propuestas sobre los modelos de país para otro día y se adentró en el juego marrullero y embarrado.

Y es que, aunque las encuestas son bastante coincidentes en los resultados, con un 40% de indecisos, aún queda mucho bacalao que cortar. Esa es la esperanza de los socialistas, que ayer intentaron colarse en el mano a mano que mantenían hasta la fecha Mariano Rajoy y Artur Mas. Y lo hicieron elevando el tono, con un polémico discurso en Lleida del portavoz en el Senado y expresidente de Aragón, Marcelino Iglesias, quien comparó el plan soberanista de Artur Mas con el «hipernacionalismo francés y alemán» que causó «cien millones de muertos» en el siglo XX en las dos grandes guerras mundiales.

«Los que quieren poner fronteras, quieren ir hacia atrás y, cuando se han puesto fronteras en Europa y han ganado los hipernacionalismos, ha habido muchos desastres en este continente y más de cien millones de muertos», señaló Iglesias, que intervino en un mitin junto al cabeza de lista del PSC, Pere Navarro.

Acuciado por las encuestas, que le relegan a una tercera o incluso cuarta posición en los comicios, tras CiU, PP y ERC, el PSC no logra romper la dinámica bipolar de la campaña, marcada por el choque entre soberanistas y autonomistas.

Notoriedad

Por ello, el PSC, que teme más la sangría de votos hacia CiU que hacia el PP, se encomendó ayer al ex presidente aragonés para adquirir notoriedad. Y vaya si lo hizo. Iglesias utilizó un discurso muy duro contra el nacionalismo porque, dijo, podría «romper» todo lo que se ha construido en España durante «30 años de éxitos», en un país que «nunca ha sido fácil de gobernar y donde no ha sido nunca fácil convivir». Hasta el punto, dijo, que en los últimos 150 años, España ha tenido que sufrir «cuatro guerras civiles, dramáticas». «Pocas bromas ahora que hemos conseguido la libertad y asentar la democracia», remató.

Iglesias apuró demasiado y horas después, dirigentes socialistas se desmarcaron de las palabras del senador socialista. Rocío Martínez-Sampere, número cinco en las listas del PSC, pidió «prudencia» y recordó en Twitter que «los nacionalismos provocaron muertes como lo hizo el socialismo. Ahora estamos en democracia». Jordi Martí, líder del PSC en Barcelona, avisó que «los paralelismos en campaña los carga el diablo».

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