El rey se somete a su tercera operación de cadera en el plazo de siete meses
Juan Carlos permanece en observación después de concluir con éxito la intervención .
Apuró la jornada laboral hasta el último segundo, antes de someterse a una nueva operación de cadera -esta vez, la izquierda-, y llegó al hosptial sonriente. «Hoy sí que voy al taller» dijo el rey a su llegada al Sanatorio San José de Madrid, cerca de las siete de la tarde. Don Juan Carlos pasó todo el día en su despacho, según la Casa del Rey, y a última hora de la tarde ingresó en la clínica privada para que le fuera implantada una prótesis con la que paliar sus ya conocidos problemas de artrosis.
Es la sexta operación a la que se somete el monarca en tan sólo dos años y medio, la mayoría de ellas por asuntos relacionados con el estado de sus articulaciones, y la tercera solo en 2012. El jefe del Estado ha vuelto a ponerse en manos del traumatólogo Ángel Villamor, el mismo que se encargó de las intervenciones quirúrgicas que tuvieron que realizarle en la rodilla, en el talón de Aquiles y, el pasado abril, en la cadera derecha. Aquella intervención fue doble, la primero el 14 de abril y, tras una complicación posterior, otra 13 días más tarde.
En principio, esta vez la operación será más sencilla. El procedimiento al que fue sometido la pasada primavera vino motivado, no sólo por la degeneración del cartílago articular, como ocurre ahora, sino por la triple fractura del fémur que sufrió al tropezar y caer al suelo en su polémico viaje a Botsuana.
La artrosis que sufre el rey es un trastorno crónico que deriva en la destrucción del cartílago que recubre las superficies de los huesos, lo que produce rigidez en las articulaciones y, habitualmente, un intenso dolor. El esfuerzo realizado por don Juan Carlos para asistir al encuentro de jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, España y Portugal fue, de hecho, notable y visible.
Con mejor cara llegó en cambio el jueves a la clínica para hacerse una densitometría ósea, un procemiento que mide la fortaleza del hueso y que suele realizarse para detectar si existe osteoporosis o descalcificación. En este caso, fue la última prueba médica antes de la cirugía. «Estoy muy bien, ¡bárbaro!», dijo desde el asiento del copiloto del coche en el que se desplazó hasta la consulta.
Ayer, a su entrada, también hizo gala de su buen humor y, tras mostrar su sorpresa por la gran cantidad de medios que, durante todo el día, estuvieron haciendo guardia en la puerta del hospital, bajó del vehículo y se dirigió sin muletas, a paso lento, hacia el interior del edificio. Lo hizo en compañía del doctor Villamor, que había salido a recibirle vestido ya con el atuendo de cirujano.
La operación estaba programana hacia las ocho de la tarde. Apenas veinte minutos pasada esa hora llegó la reina.
Concluida con éxito la intervención, el monarca permaneció toda la noche en observación postoperatoria. El tiempo de hospitalización será determinado por el equipo médico que le atiende.