ERC no entrará en el gobierno de Mas, pero se abre a un pacto externo
Rajoy habla con el presidente catalán tres días después de que ganase.
Artur Mas sabe ya que no le queda más remedio que gobernar en solitario y asumir con el resto de los nuevos consejeros de CiU todo el desgaste social de la dura política de recortes que tendrá que aplicar.
Oriol Junqueras le dejó ayer claro y en persona lo mismo que el martes le había transmitido durante una breve conversación telefónica. Esquerra Republicana, el único apoyo al que puede aspirar Mas sin protagonizar una rectificación, está dispuesta a negociar un pacto de legislatura que dé estabilidad al nuevo Ejecutivo, siempre que CiU se avenga a determinadas condiciones, pero en ningún caso entrará en un Gobierno de coalición, porque su intención es liderar la oposición como segundo partido en las urnas.
Mas, que comió durante una hora con Junqueras, fue incapaz de convencer al secretario general de ERC de las tesis de CiU, que defiende que un Gobierno sólido exige una coalición con mayoría absoluta en el Parlamento, que pueda retomar con pulso firme la senda del referéndum soberanista frente al Estado y acordar los ajustes presupuestarios que sean precisos para sacar a Cataluña de la casi bancarrota que padece. Es más, fuentes de Convergencia dieron a entender a los republicanos que sin Gobierno de coalición puede peligrar la celebración de la consulta secesionista en esta legislatura.
El líder de CiU es consciente de que la primera medida que tendrá que adoptar el futuro Ejecutivo será la aprobación de un presupuesto para 2013 con un ajuste adicional de unos 4.000 millones de euros, que equivale a la suma de los fuertes recortes de los dos últimos años. Le gustaría hacerlo desde la «corresponsabilidad» de los consejeros de ERC, pero los independentistas no están por la labor.
Investidura segura
Junqueras insistió en que su partido no obstaculizará la investidura de Artur Mas, ya que considera que como ganador debe repetir como presidente de la Generalitat, y que está dispuesto a darle estabilidad durante los cuatro años si cierran un pacto externo.
Las principales exigencias de Esquerra son que Mas garantice una agenda con fechas y condiciones concretas para la celebración del referéndum soberanista que conduzca a un estado propio y que, al tiempo, dé un giro a su drástica política de recorte de servicios públicos, busque el ajuste del déficit por la vía de un aumento progresista de los ingresos, e incentive el crecimiento y la creación de empleo.
Este es el único marco en el que Junqueras está dispuesto a avanzar en la negociación de un acuerdo estable. Mas no tiene más opciones porque el PSC rechazó el martes ser su socio y el PP insistió, un día más, que no tiene nada que hablar con CiU mientras el partido no asuma una rectificación total del desafío soberanista y se comprometa a retornar al respeto de las reglas constitucionales.
Los contundentes enfrentamientos entre convergentes y populares han roto casi todos los puentes entre ambos partidos. De hecho, fue ayer, tres días después de los comicios, cuando Mariano Rajoy telefoneó por primera vez a Mas, para mantener una conversación en la que comprometió el apoyo institucional y le pidió que centre sus esfuerzos en combatir la crisis y aparque cualquier otro asunto.
«A su casa»
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, pidió ayer públicamente al presidente en funciones de Cataluña, Artur Mas, «que se marche a su casa» si no puede formar gobierno tras el resultado de las elecciones autonómicas del pasado domingo. Cospedal, que intervino en un desayuno informativo, afirmó que esa es su única salida «si después de lo que ha hecho, convocando elecciones antes de que pasaran dos años, ahora tiene que volver a convocar elecciones porque no tiene la mayoría suficiente».
«Esto es algo que el señor Mas tendrá que explicar ahora a todos los catalanes», añadió la número dos del PP, para quien Artur Mas ha marcado un hito en la historia de Cataluña: «Nunca un gobernante en Cataluña se ha presentado con un discurso tan claro a favor de la separación y esto le ha hecho perder doce escaños».
«A pesar de que CiU ha sido el partido más votado, ha tenido el peor resultado de su historia y yo creo que esto es bueno para España y es bueno que no se haya legitimado con esa mayoría excepcional que pedía el señor Mas para una hipotética separación de Cataluña», añadió la secretaria general del PP, que hubiera preferido un resultado peor.