Diario de León

Madrid envía un aviso a Mas y le amenaza con la intervención

Artur Mas se refleja en un cristal ayer, en su comparecencia en la Generalitat.

Artur Mas se refleja en un cristal ayer, en su comparecencia en la Generalitat.

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alfonso torices | madrid
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El Gobierno envió ayer un serio aviso a Artur Mas. Soraya Sáenz de Santamaría recomendó al futuro presidente de la Generalitat que sopese con mucho cuidado su intención de asociarse con Esquerra Republicana, un partido muy crítico con los recortes de gasto en los servicios públicos, porque Cataluña «tiene unos planes de ajuste que cumplir», un compromiso obligado con el Ministerio de Hacienda.

Los planes hacen inevitable la aprobación de un recorte presupuestario de al menos 4.000 millones en el 2013, tanto como la suma de todos los durísimos ajustes realizados por el Ejecutivo de CiU en los dos años anteriores, un tajo inédito en la historia de esta comunidad.

Hacer lo que le parezca

La vicepresidenta del Gobierno avisó a Mas de que no tiene las manos libres para hacer lo que le parezca y que antes de pactar una política económica y presupuestaria concreta con un socio de legislatura, con la que pueda modificar la presente austeridad del gasto de la Generalitat, recuerde que el cumpliento de los objetivos de déficit y los topes de deuda que le ha marcado Hacienda, así como los plazos de devolución de los préstamos que ha recibido, no son una opción sino «una obligación legal». Se trata, insistió, de un mandato recogido en la ley de Estabilidad Presupuestaria que, en caso de incumplimiento grave y reiterado, abre las puertas a la intervención financiera de la autonomía por parte del Estado.

El ministro Cristobal Montoro, adelantó, va exigir el cumplimiento sin margen para desviaciones.

Por si el mensaje no era suficientemente claro, la número dos del Ejecutivo de Mariano Rajoy recordó al líder nacionalista que el Estado ha salvado este año a Cataluña de la bancarrota y la suspensión de pagos, con préstamos por valor de 13.000 millones entre pagos a proveedores, adelantos y dinero del fondo de rescate autonómico para la refinanciación de la deuda histórica y el nuevo déficit. Y que, para lograr estas ayudas, la Generalitat se comprometió a los duros ajustes, que obligarán a unas políticas impopulares que no pueden ser ignoradas por intereses políticos o electorales

Santamaría disfrazó el avisó personal a CiU de «llamamiento» del Gobierno a todas las comunidades en dificultades, a las que demandó que conviertan la disciplina presupuestaria y la lucha contra la crisis en la prioridad máxima de sus gobiernos, sin distraerse en asuntos menos urgentes. Pero no ocultó que se dirigía especialmente al futuro presidente de Cataluña.

Mientras, el presidente catalán, Artur Mas, se mostró ayer convencido de que las negociaciones entre CiU y ERC para alcanzar un acuerdo sobre la gobernabilidad de Cataluña llegarán a buen puerto. Eso sí, la fórmula de Gobierno resultante es muy probable que no sea la ideal para sus intereses. Mas, que compareció por primera vez en el Palau de la Generalitat tras las elecciones del domingo, volvió a ofrecer a Esquerra un gobierno de coalición.

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