La montaña pierde y el sur gana

La evolución del censo divide a la provincia en dos. La comparativa entre los datos del 2011 publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y los que se recabaron en el 2001 deja pocas alegrías a los municipios leoneses y las que hay están repartidas por el sur de la provincia. De hecho no hay ninguna municipio de más de 2.000 habitantes en el norte provincial que haya ganado habitantes.

El análisis pormenorizado de los datos publicados arroja un saldo global positivo para la provincia con un incremento de población en términos absolutos de 4.561 habitantes, que en valores relativos apenas supone un crecimiento inferior a un punto porcentual, el 0.93%. No en vano, es la sexta provincia que menos crece del país.

Aunque la sangría es generalizada, sí se ha experimentado crecimiento en los grandes municipios, especialmente en Villaquilambre —8.252 habitantes más—, Ponferrada —crece en 6.208— y San Andrés del Rabanedo —con 5.621 vecinos empadronados—, todos ellos por delante de la capital, que sólo ha ganado 495 vecinos.

 

Valencia de Don Juan. En el mundo rural las buenas noticias vienen del sur, deValencia de Don Juan especialmente que este decenio superó la barrera de los 5.000 habitantes para alcanzar los 5.112 contabilizados por el INE gracias al empadronamiento de 927 vecinos más. Este ayuntamiento diseñó una campaña en el 2008 para conseguir los 5.000 empadronamientos frente a una población real que, según señaló el alcalde, Juan Martínez Majo, se estimaba en 6.000 vecinos. La población actual registrada en el censo supone un crecimiento relativo del 22%

 

La Bañeza. A la zaga, aunque con menos crecimiento, sigue La Bañeza que, con 569 habitantes más se sitúa en el segundo municipio del sur de la provincia en crecimiento en términos absolutos, aunque en porcentaje, su actual población, 10.759 habitantes, es sólo un 5,5% mayor que en el 2001.

 

Santa María del Páramo. Santa María del Páramo completa la terna de ayuntamientos con saldo positivo, aunque en este caso el crecimiento apenas es significativo. Los 24 habitantes que, según el censo, ha ganado en diez años suponen sólo un 0,7% más de vecinos. En definitiva, se puede hablar de estabilidad.

Sahagún. El escenario es peor en otros municipios como Sahagún, que en estos diez años ha perdido un 5% de la población. Se queda así con 2.830 habitantes sin lograr superar los 3.000 que rozó en el 2001. La pérdida computada no es significativa —149 habitantes— pero frena el crecimiento de un ayuntamiento con posibilidades.

Ribera del Órbigo. De forma similar se han comportado los municipios de la comarca del Órbigo. Los mayores ayuntamientos han perdido población. Es el caso de Santa Marina del Rey, que se queda al filo de los 2.000 habitantes y pierde un significativo 17% de población. La sangría sigue en Carrizo de la Ribera, que con 243 vecinos menos en el 2011, se queda con un 8,8% menos de población y supera por poco los 2.500 habitantes. Villarejo de Órbigo, por su parte, cae pero en un porcentaje menor al de sus ayuntamientos vecinos. Desde el 2001 ha perdido 189 habitantes, un 5,5% menos de población, aunque sigue siendo por poco el municipio más poblado de la ribera. Los datos de la comarca se completan con Benavides de Órbigo. En este municipio la caída del número de vecinos es del 8,8% de la población, que le hace bajar de los 3.000 habitantes.

La montaña leonesa sangra. Donde la sangría es evidente y generalizada es en la montaña leonesa. En todas sus vertientes, Laciana, Montaña Central y la Oriental, el descenso de población está íntimamente ligado al cierre de la minería y la ausencia de reindustrialización. Este es el caso de Cistierna —con una pérdida del 10,7% de población y ya con menos de 4.000 habitantes— y Boñar —un 12,8% de descenso y apenas 2.000 vecinos—.

Villablino ya es conocido como el municipio de más de 10.000 habitantes que más población en términos relativos ha perdido en todo el país, un 17,8%.

El declive del carbón también deja su huella en La Robla, que pierde el 5% de habitantes —249— y se queda en 4.580. Más contundente es la pérdida en La Pola de Gordón. Desde el 2001 ha perdido un 17% de población —891 habitantes— y ya baja de los 4.000 vecinos.