Aguirre: muchas aspiraciones de izquierda son fruto del mensaje de Jesucristo
Lo dice en su último mensaje en su «blog», colgado en la web del PP de Madrid, en el que desea «a todos, creyentes y no creyentes, y de todo corazón», una «¡muy feliz Navidad!»
La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, considera que «los que alardean de laicos, con frecuencia desde las filas de la izquierda, deberían reconocer que muchas de las aspiraciones que dice tener esa izquierda no son más que consecuencias del mensaje de Jesucristo».
Lo dice en su último mensaje en su «blog», colgado en la web del PP de Madrid, en el que desea «a todos, creyentes y no creyentes, y de todo corazón», una «¡muy feliz Navidad!».
Esperanza Aguirre escribe que «con mucha frecuencia» se ha preguntado «por qué tienen tanto interés los políticos de izquierda en erradicar el estudio de la religión cristiana» de las aulas «si es precisamente en el cristianismo donde se puede encontrar el mensaje más radical y profundo a favor de la igualdad, la dignidad y la solidaridad entre los hombres».
Y se responde: «Quizá sea porque en el cristianismo está también implícito un mensaje de libertad, y eso de la libertad siempre ha asustado mucho a los españoles de izquierda».
En su mensaje, que titula con un escueto «Navidad», la expresidenta de la Comunidad de Madrid muestra una «cierta conmiseración» hacia quienes «quieren despojar a la Navidad de su inherente y evidente contenido religioso».
Entiende que «pretender que la Navidad no tenga nada que ver con el nacimiento (natividad) de Jesucristo es una bobada de tal calibre que no merece siquiera ser rebatida».
Aguirre pone como ejemplo de esa actitud a «esos laicos fundamentalistas que han puesto el grito en el cielo, se han escandalizado y hasta ofendido porque el presidente del Congreso de los Diputados ha osado felicitar la Navidad y el Año Nuevo con una imagen del Portal de Belén, con su buey y su mula incluidos».
A su juicio, la Navidad es una magnífica ocasión para reflexionar sobre algunos de los valores de la civilización occidental que son herencia directa del mensaje de Jesús.
«Pensemos, en primer lugar -señala-, en el reconocimiento de la dignidad esencial de todas las personas. Porque, desde que Jesucristo dijo que todos somos hijos de Dios, todas las personas tienen una dignidad que nada ni nadie puede arrebatarles».
A continuación añade: «del reconocimiento de esa dignidad extraemos la consecuencia de que todos los hombres somos iguales y ninguno es superior a ninguno. Esto es así gracias al mensaje de Jesucristo».
El tercer valor que en su opinión se debe al cristianismo es «el amor al prójimo», lo que los cristianos llaman «caridad», de la que «proviene, aunque no quieran enterarse algunos -subraya-, la ahora tan citada y tan poco practicada solidaridad».