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exculpa de todo al exdirector de Ideas

La mujer de Carlos Mulas confiesa que Amy Martin es su pseudónimo

Promete devolver los honorarios si así se lo piden y dice que "lo que hay en esta historia es un simple pseudónimo y no sobresueldos"

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Europa Press

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Irene Zoe Alameda, esposa de Carlos Mulas, exdirector de la Fundación Ideas, ha remitido este jueves un comunicado al diario El Mundo en el que confiesa que la columnista de nombre Amy Martin es un pseudónimo de ella misma que ha utilizado desde 2009 y que su marido "no tuvo conocimiento" de ello "hasta bien el día de ayer, 23 de enero", cuando fue destituido como director de la fundación.

"La responsabilidad absoluta del embrollo Amy Martin es mía. Públicamente pido perdón por haber inventado y hecho trabajar a Amy Martin", afirma Alameda en el comunicado, en el que también pide disculpas a Carlos Mulas porque "en absoluto merece la reprobación de la que está siendo objeto".

Sobre los honorarios que ha percibido por los trabajos realizados como Amy Martin a través de su agencia literaria, garantiza que constan en su declaración de la renta y queda "a disposición de la Fundación Ideas para devolverlos" si ésta así lo considera necesario.

Inspirada en una novela de "inminente publicación"

Según explica Alameda, en 2004 comenzó a escribir una novela, titulada 'Warla Alkman' y de "inminente publicación", en la que se narra "la existencia de una autora de la cual sólo se conocen el nombre y las obras, pero de la que no hay rastro, protegida su identidad por su agente literaria". Así gestó el "proyecto" de la invención de Amy Martin. "Así es como creé a una autora ficticia cuya identidad se fue forjando a golpe de publicaciones reales", apunta.

De este modo, cuenta que en 2009, cuando ya se encontraba "separada sentimental y físicamente de Carlos Mulas", comprobó que la Fundación Ideas buscaba "colaboradores que publicaran artículos multidisciplinares y originales tanto en inglés como en español", por lo que se hizo "pasar por Amy Martin", nombre que escogió por "una conocida" de sus años de estudios en Nueva York la cual era "muy activa en las plataformas progresistas y a la que fortuitamente había vuelto a encontrar en una de las reuniones de la Clinton Global Iniciative, en la que participaban miembros del Center for American Progress y la Fundación Ideas".

Irene Zoe Alameda explica que fue "enviando artículos que gustaron" y a raíz de ello Amy Martin "recibió un contrato" en el que fue la Fundación Ideas la que fijó las tarifas. "A lo largo de los más de dos años en los que colaboré con Ideas incluso mantuve conversaciones telefónicas con miembros de la fundación en las que encarné a Amy Martin y llegué a dotarle de rostro para ilustrar un libro", indica.

Lo planteó como un experimento

La intención de la mujer de Carlos Mulas, según explica ella misma en el comunicado, era "mantener a Amy Martin activa" a lo largo de toda su vida, "mantener una doble", con la idea de "comparar, al cabo de las décadas, los rastros dejados por una autora real y una ficticia".

Alameda defiende en todo momento que Mulas desconocía la verdad sobre Amy Martin y que, por este mismo motivo, él "avisó" a la falsa columnista por correo electrónico, al leer la información de El Mundo, en el que le advertía que "un periodista" de este diario "estaba tratando de desacreditar a la Fundación Ideas y vertía acusaciones directas sobre él".

"Yo, Irene Zoe Alameda, en la creencia de que la identidad de Amy estaba completamente blindada puesto que sólo la conocíamos yo y mi agente, pensé que nadie tenía derecho a forzar mi confesión puesto que, al fin y al cabo, tras tantos rastros textuales, unos datos reales de contacto y una imagen, la existencia de Amy Martin era innegable", explica.

También admite que atendió por teléfono ayer por la mañana al PSOE, siempre haciéndose pasar por Amy Martin, y que, ante las peticiones de este partido para que ofreciera "pruebas concluyentes identitarias", fue cuando comprendió "la gravedad de la situación" y decidió confesar. "Incluso ahora, si lo analizo fríamente, sigo pensando que el uso de un pseudónimo no es nada malo, sino algo bastante habitual, y los trabajos realizados por Amy Martin para la Fundación Ideas existen", insiste.

Elogios a Mulas

A su juicio, las informaciones sobre Amy Martin han puesto "a un desapercibido Carlos Mulas en el punto de mira de un modo cruel" y la "enorme presión mediática le despojó de una reputación buena y merecida, basada en el trabajo duro y constante, en la entrega al buen nombre de la Fundación que ayudó a hacer realidad y a la causa de su partido".

Alameda, que dice que todo ha pasado muy "rápido y en circunstancias tan aciagas", asegura que Carlos Mulas, al que insiste en pedir perdón, es "el hombre más honesto, trabajador y admirable" que ha conocido y que "sus desvelos por la Fundación y al servicio de Jesús Caldera, Alfredo Pérez Rubalcaba y otros dirigentes han sido máximos".

En su opinión, lo que ha hecho El Mundo ha sido "presentar ante un país completo unas víctimas sacrificiales que soportan sobre sí una carga de odio inexplicable, máxime teniendo en cuenta que cuanto hay dentro de esta historia es un simple pseudónimo (y no sobresueldos), nada comparable en modo alguno a las graves tramas de corrupción que han venido viendo la luz", en clara referencia a las acusaciones sobre el extesorero del PP Luis Bárcenas.