Visto para sentencia el juicio por blanqueo contra Isabel Pantoja
Escoltada por su hermano, en silencio y rodeada de una nube de periodistas, Isabel Pantoja abandonó ayer la Audiencia provincial de Málaga tras quedar visto para sentencia el juicio por blanqueo de capitales en el que la cantante se enfrenta a una pena de tres años y medio de cárcel y una multa de 3,6 millones de euros. El fallo, según las previsiones, se conocerá en unas semanas.
La tonadillera quiso hacer uso de su turno de última palabra y, en apenas diez segundos y con un hilo de voz, se limitó a dar las gracias a todos y a esbozar un «estoy de acuerdo con mi abogado», que instantes antes había mantenido su inocencia en la causa y criticado la falta de pruebas para inculparla. La defensa de Pantoja volvió a justificar sus elevados ingresos como fruto de su actividad artística y empresarial para desmontar los informes de la Agencia Tributaria, que hablan de un enriquecimiento a partir del inicio de la relación con Muñoz y que constituyen la principal prueba en contra.
En este sentido, el letrado llegó a calificar de «tendencioso» el informe, asegurando que buscaban la «culpabilidad» de la cantante y que incluso incluían datos bancarios a los que las partes no han tenido acceso, por lo que pidió su anulación por un defecto procesal. Asimismo, y tras cargar contra el juicio «paralelo y mediático» al que se ha visto sometida desde su detención en 2007, reafirmó que la tonadillera adquirió el apartamento en el Hotel Gualdapín meses antes de iniciar su relación con el ex alcalde, por lo que en contra de lo que sostiene Anticorrupción la compra no se pudo hacer con dinero de Muñoz.
El proceso ha sentado en el banquillo a la artista junto al que fuera su pareja y alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y la ex mujer de éste, Maite Zaldivar. Para el primero, la fiscalía pide siete años de cárcel y una multa de 7,6 millones por un delito continuado de blanqueo y otro de cohecho. Por su parte, Zaldivar se enfrenta a una pena similar a la de Pantoja. Muñoz no quiso hacer uso de su turno de última palabra, mientras que su ex mujer se presentó como un ama de casa ingenua e inocente.