Narcos, albariño y códices

El juez Vázquez Taín, magistrado del número 2 de Santiago que ha colocado su punto de mira judicial sobre la familia Martínez Núñez y los últimos y oscuros negocios con el liquidador de Marsans y Rumasa, Angel de Cabo, acaba de publicar un libro. Su título: «La leyenda del santo oculto». Y tras él hay quien cree que lo que se esconde es su oportunismo mediático como instructor del caso del robo del Códice Calixtino de la catedral compostelano.

Sin embargo, en medios periodísticos gallegos, algunos especializados en tribunales, la fama mediática de Taín no es sin embargo un rasgo que condicione su trabajo casi siempre concienzudo en la lucha contra el crimen.

Tras más de 15 años de experiencia profesional el instructor de las investigaciones en el marco de la «operación Caballo de Troya» acumula un buen número de éxitos en el terreno de la lucha contra el narcotráfico. Vázquez Taín llegó al Juzgado de Instrucción número 2 poco antes del robo del Códice, tras tres años en el Juzgado de lo Penal número 2 de La Coruña.

Pero su fama, su experiencia como investigador, y también buena parte de sus más leales enemigos, se forjó durante los años que pasó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Villagarcía de Arosa, también capital del albariño. A Vázquez Taín se le atribuyen muchas de las operaciones contra el narco gallego más relevantes de los primeros años de este siglo.

En el año 2002 y en ese caso junto con Baltasar Garzón y el Fiscal Antidroga Javier Zaragoza, recibió el premio de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico. Con este currículum no es extraño tampoco que en la presentación de su novela en Santiago rechazara cualquier veleidad oportunista. «Oportunismo, no; necesidad», comentó. «¿Es que sólo llevé este caso?; tengo 15 años de experiencia», dijo. De hecho explicó que en la trama de su primera novela «hay gotas de otros muchos asuntos» que investigó antes.