El PP se sume ahora en el silencio a la espera del próximo paso de Bárcenas
El partido temen que las consecuencias . electorales del escándalo sean irreparables.
El PP sabe que tiene instalada una bomba en su sala de máquinas y el artefacto tiene nombre, Luis Bárcenas. Una vez que se ha sabido que el ex tesorero imputado en el caso Gürtel no fue despedido en el 2010, como se anunció a bombo y platillo en su momento, sino que siguió en nómina del partido a razón de 225.000 euros al año a cambio de nada, al menos de nada conocido, los populares aguardan con el corazón encogido el próximo paso del encargado de sus finanzas durante más de dos décadas. De momento, reina el silencio.
La secretaria general, Dolores de Cospedal, después de su primer desmentido sobre la contabilidad B y el pago de sobresueldos no ha vuelto a hablar del tema. Su única aparición en la sede del PP el pasado lunes fue para anunciar el despido de otro imputado en Gürtel a sueldo del partido, Jesús Sepúlveda.
Desde entonces, nada y eso que ha mantenido reuniones el viernes y hoy con los presidentes provinciales del partido junto a los ministros de Industria, Agricultura y Justicia. Unos encuentros que se han despachado con una escueta nota de prensa con el título «El PP seguirá explicando a la sociedad las reformas del Gobierno».
Dar la cara
Solo Carlos Floriano dio la cara hasta el jueves para remitirse al enrevesado comunicado que redactó el PP para explicar el supuesto despido de Bárcenas. Mariano Rajoy no fue una excepción y solo habló de la presunta corrupción por obligación en la sesión parlamentaria de control al Gobierno, pero ni mencionó a Bárcenas, palabra tabú en su vocabulario. Pero no es solo el presidente del Ejecutivo. Casi ningún dirigente se atreve comentar el caso del ex tesorero en público. Apenas el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, dijo que le repugnaba el asunto y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitió que el PP tiene «un problema». El resto se dedicó a alabar el gesto de Rajoy de hacer públicas sus declaraciones de renta y patrimonio y a arremeter contra Rubalcaba.
Muy pocos sabían de la letra pequeña del pacto del ex tesorero con no se sabe con quién para que dejara el PP por su imputación en el caso Gürtel. Esos detalles ponen de manifiesto que en el partido había entonces, y hay ahora, temor a lo que pueda decir el guardián de los secretos económicos y laborales de la dirección nacional del PP.