Diario de León

Diego Torres: «No hacíamos nada sin el consentimiento de la Casa Real; nada»

El ex socio de Urdangarín destapa la caja de los truenos y trata de implicar al rey.

Torres, acompañado de su mujer, Ana María Tejeiro, a su llegada ayer a los juzgados.

Torres, acompañado de su mujer, Ana María Tejeiro, a su llegada ayer a los juzgados.

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m. sáiz-pardo | (colpisa) palma

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Siete horas de declaración y cada cinco minutos una bomba contra la Familia Real en forma de acusación verbal, de correo electrónico o documento. Sin tregua. Diego Torres destapó la caja los truenos en Palma de Mallorca y la tormenta descargó con fuerza a varios cientos de kilómetros sobre el techo del palacio de la Zarzuela, en Madrid. El ex socio de Iñaki Urdangarín no se anduvo con rodeos: «En el Instituto Nóos no se hacía nada sin el consentimiento de la Casa Real, nada», aseguró el ex profesor de Esade.

Tras meses amagando, asestó el golpe, y grande. Ataque directo al rey con toda la artillería. El ex amigo del duque blandió ante el juez José Castro al menos dos correos que, según su versión, demostrarían cómo el jefe del Estado se involucró en persona en los negocios de su yerno. En uno de ellos, Urdangarín escribe a la amiga del monarca, Corinna zu Sayn-Wittgenstein. En la misiva, que al parecer data del 2006, informa a la noble alemana que le envía su currículum siguiendo instrucciones de su suegro.

En el cruce de mails aportados a la causa ayer por Torres, 197 páginas, se desvela supuestamente que el jefe del Estado hizo gestiones con su amiga para que Urdangarín fuera el presidente en España de la fundación deportiva Laureus, a la que Sayn-Wittgenstein había ingresado como directora estratégica. En esa correspondencia electrónica se habla de conseguir un sueldo para el marido de la infanta de entre 200.000 a 250.000 euros anuales.

Un segundo mail también apuntaría a las gestiones de don Juan Carlos para buscar un patrocinio para uno de los proyectos en los que estaba embarcado Urdangarín. El nombre de don Juan Carlos y su supuesta intervención a favor de su yerno ya había aparecido en un correo referido al proyecto Ayre para tener un segundo representante español en la Copa América de Vela. En ese mismo proyecto, según Torres, también se habría interesado el Príncipe de Asturias.

El príncipe, bien parado

Esa es la única referencia al heredero de la Corona, que salió bastante bien parado del bombardeo de Torres. La ofensiva del ‘amigo’ del duque tuvo como segundo objetivo a Cristina de Borbón. Casi desde el primer minuto dejó caer el mensaje de que los cinco miembros de la junta directiva de Noós, es decir Urdangarin, Torres, su mujer, Ana María Tejeiro, el secretario de las infantas, Carlos García Revenga; y Cristina de Borbón, tenían el mismo poder de decisión. La infanta, dijo, tenía «tanto peso» como cualquier otro. Es más, señaló que la infanta estaba «al tanto de todo», según le hizo saber el propio Urdangarín.

Arguyó durante varios momentos que él jamás pudo sospechar que las actividades de Nóos podrían ser ni por asomo irregulares porque en realidad era la Zarzuela la que «supervisaba» todas los proyectos en los que se embarcaba Nóos. El ex socio usó el Valencia Summit, para lanzar otro torpedo a la línea de flotación de la Casa Real. Aquel proyecto, explicó, nació en una reunión en 2003 en el palacio de la Zarzuela, en la que participaron él mismo, Urdangarin, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el expresidente de la comunidad Francisco Camps. Menos beligerante que su marido, la esposa del profesor adoptó la estrategia de la mujer ignorante, intentado, quizás, establecer algún paralelismo con Cristina de Borbón,quien de momento se ha salvado de una imputación.

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