Diario de León

El día más largo de Folgueral

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, no ha llamado aún al ya alcalde de su partido en Ponferrada; quienes sí lo hicieron fueron numerosos alcaldes para mostrarle su apoyo. Samuel Folgueral comenzó el día de ayer después de acceder a la Alcaldía, gracias a la moción de censura del viernes pasado, como uno normal. Pero ya sabía que sólo se iba a parecer a otros en la hora de levantarse, las siete y media de la mañana, y el momento de irse con su mujer y sus amigos a tomarse unos vinos por Ponferrada, algo que hizo a partir de las 20.30 horas. Entre medias, reuniones en Valladolid, llamadas de Ferraz y los nuevos avisos de Rubalcaba para que dimita. Pero Folgueral no cede y el lunes irá al Ayuntamiento como alcalde.

Samuel Folgueral y el concejal Fernando Álvarez, ayer en la sede del PSOE en Valladolid.

Samuel Folgueral y el concejal Fernando Álvarez, ayer en la sede del PSOE en Valladolid.

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f. ramos | león
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El día después al día D el ya alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, se lo pasó en Valladolid, donde se reunión con el secretario autonómico, Julio Villarrubia, y colgado del teléfono.

Fueron muchas las llamadas que recibió Folgueral de numerosos alcaldes que quisieron mostrarle su apoyo, después de que el secretario federal, Alfredo Pérez Rubalcaba, le pidiera la dimisión como alcalde.

El alcalde de Hospital, Enrique Busto; el de Toral de los Vados, Pedro Fernández; el regidor de Vega de Espinareda y todavía secretario comarcal, Santiago Rodríguez; el de San Emiliano, Basilio Barriales; Luis Rodríguez Aller, el alcalde de Vegacervera; y la regidora de Vega de Valcarce y diputada nacional, María Luisa González Santín, fueron algunos de los que descolgaron su teléfono para marcar el de Samuel Folgueral y darle todo su apoyo, en estos momentos.

De hecho, según ha podido saber este periódico, en el congreso comarcal de hoy está previsto una declaración en favor del nuevo alcalde ponferradino, para que no dimita.

A las 7.30 horas

El día más largo de Samuel Folgueral comenzó a las 7.30 horas. Esa fue la única coincidencia que tuvo con el resto de días de la semana. A partir de aquí y después del café matutino, el ajetreo se apoderó de la agenda del regidor.

A las nueve de la mañana, Samuel Folgueral se subió al coche de Antonio Vega, un Nissan Qashqai, y partió rumbo a Valladolid acompañado, además de por el propio Antonio Vega, de la diputada Helena Castellanos, del concejal Fernando Álvarez, y la edil Montserrat Santín. Allí en la capital castellana les esperaba Julio Villarrubia, para una reunión que estaba fijada a las 11.30 horas y que se prolongó casi hasta las dos de la tarde. Aunque hubo que hacer un impax para que Villlarrubia atendiera a los medios de comunicación.

A Valladolid también fueron el secretario provincial, Celestino Rodríguez; el máximo responsable de política municipial del PSOE leonés, Julio Fernández; el secretario de Organización, Óscar Álvarez; la procuradora y vicesecretaria de la autonómica, Ángela Marqués; y el senador Ibán García del Blanco.

La reunión

A la reunión con Villarrubia, pese al despliegue de personas que acompañaron a Samuel Folgueral, sólo entraron Celestino Rodríguez, el propio Folgueral y Helena Castellano.

En el transcurso de la misma,el calde se mostró contundente y se reafirmó en su idea de no dimitir «de ninguna de las maneras», pese a que Villarrubia le pidió que acatara lo que le exigía Alfredo Pérez Rubalcaba, quien por cierto todavía hoy no ha llamado a Samuel Folgueral, ni siquiera para pedirle que dimita.

Quien sí lo llamó fue el jefe de gabinete de Alfredo Pérez Rubalcaba, Rodolfo Irago, para conocer cuál sería su postura en todo el conflicto.

Según las fuentes consultadas por DIARIO DE LEÓN, el líder del PSOE en Ponferrada se enteró por terceras personas, compañeros de partido y de Ayuntamiento, del comunicado de Rubalcaba, en el que le pedía que renunciara y que volviera a presentarse como candidato a la Alcaldía, una vez que Ismael Álvarez no estuviera.

Pese a todas las presiones, el ya regidor no cedió un ápice en su idea e insiste ante aquellos dirigentes que quieren oírle que no va a dimitir. Es más, en el seno del PSOE de Ponferrada, con Folgueral a la cabeza, se tiene claro que todo esta campaña contra la moción de censura de Ponferrada viene dada por la guerra interna que se está viviendo en el seno del PSOE en Ferraz. De hecho, siempre según las mismas fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, Folgueral entiende que es una guerra de poder contra Rubalcaba, en la que están utilizando a Ponferrada como arma arrojadiza. Y así se lo habría hecho saber a Villarrubia, las más de dos horas de reunión.

Óscar López, apartado

Quien permanece apartado de todo es el secretario de Organización, Óscar López, después de que en la noche del viernes asumiera el «error» de pactar la moción de censura con Ismael Álvarez y pidiera «perdón» a todo aquel que hubiera podido ofender.

Una ausencia que llama especialmente la atención, porque si finalmente se producen expulsiones o cualquier otro tipo de sanción, hacia Samuel Folgueral u otro cargo o militante del partidos, éstas deberán ser tramitadas por Óscar López.

No son pocos lo que creen que la insistencia de Rubalcaba al pedir la dimisión de Folgueral debilita al secretario general. Sea como fuera, lo que también transmitió Folgueral al máximo responsable de los socialistas de Castilla y León, según ha podido saber el Diario a través de diversas fuentes, es que si lo que pretende Rubalcaba es reafirmar su autoridad en Ponferrada ha ido a «mal sitio».

La vuelta

De vuelta a Ponferrada, todos pararon a comer en un restaurante de carretera a las afueras de Tordesillas, donde comieron ensalada, chipirones y un variado de ternera y carne roja. Ángela Marqués e Ibán García del Blanco se incorparon más tarde a la comida.

Su día más largo tras la moción, Folgueral lo acabó en Ponferrada, a donde llegó a las 20.30 horas tras una parada en Valdeovejas, tomando vinos con su mujer y sus amigos, como hace habitualmente. Eso sí, el móvil lo dejó en casa.

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