Rubalcaba rehúsa dejar caer a López por el fiasco de Ponferrada
El secretario de Organización pone su cargo a disposición y asume toda la responsabilidad
Óscar López dice que no piensa dimitir. El secretario de Organización del PSOE, principal rostro del fiasco de la moción de censura en Ponferrada, ha puesto este lunes su cargo a disposición del partido, pero Alfredo Pérez Rubalcaba, así como otros miembros de la dirección, le han pedido que continúe. El número tres socialista ha trasladado en rueda de prensa un relato en el que él es el principal responsable de lo ocurrido. Casi el único. Rubalcaba, ha dicho, no conocía "los pormenores" de la operación. Y a la vicesecretaria general, Elena Valenciano, "nunca le gustó" la maniobra en esta ciudad leonesa.
Tal como lo ha contado López, fue él quien dio el visto bueno al pacto en el consistorio entre el PSOE e Ismael Álvarez, condenado por acoso en el caso Nevenka, para presentar una moción de censura con la que desalojar al PP de la alcaldía. El acuerdo contenía una condición indispensable: que Álvarez, quien militaba en el PP como primer edil cuando fue condenado y después se presentó como líder de un partido independiente y logró cinco concejales, dejase la política. Lo hizo al día siguiente de la moción de censura, cuando Rubalcaba, después de que Carme Chacón y los socialistas andaluces criticaran el pacto, ya había dado marcha atrás y reclamado al recién elegido alcalde socialista, Samuel Folgueral, que dimitiera hasta que Álvarez se retirara. En un nueva constatación de lo mermada que se encuentra la autoridad del secretario general (en menos de tres semanas ha sufrido el desafío de los socialistas catalanes y gallegos, por distintos motivos), Folgueral y sus otros siete concejales abandonaron el PSOE para mantenerse en el poder.
Una moción muy conocida
La versión de López, en la que él aparece como el responsable de lo sucedido, contradice la de otras fuentes de la cúpula socialista, que reconocen que Rubalcaba estuvo al tanto y bendijo la operación. Al fin y al cabo, la moción de censura se anunció hace casi dos semanas y fue publicada por distintos medios. Ponferrada tampoco es un pueblo minúsculo, sino un municipio de casi 70.000 habitantes. Pero el secretario de Organización se ha mantenido firme. "Asumo mi responsabilidad. Personalmente, me cegó la posibilidad de sacar a Álvarez de la política", ha señalado.
"He puesto a disposición mi cargo y he recibido el apoyo de la Comisión Permanente", ha continuado. Este órgano reúne al núcleo duro del rubalcabismo, sus dirigentes de confianza, y allí no se han escuchado voces como las del líder de los socialistas andaluces, José Antonio Griñán, y el de los madrileños, Tomás Gómez. Ambos han abogado en los últimos días por asumir "responsabilidades orgánicas". Sin citar a López, lo han señalado directamente.
La cuestión ahora es si el secretario de Organización podrá mantener la presión y continuar en el cargo. O incluso si el malestar en los territorios por lo ocurrido en Ponferrada puede llevar a acelerar el proceso de primarias para la elección del próximo candidato a las generales. Por lo pronto, el PSOE hará cambios en el "método de toma de decisiones" para que operaciones como la del municipio leonés se puedan "contrastar con toda la dirección del partido". El anuncio supone una desautorización a López, quien hasta ahora, supuestamente, operaba en estas cuestiones con bastante autonomía.