Aparentando normalidad
Folgueral se pasó reunido toda la mañana con dos de sus ediles de confianza y tres de IAP, con Cubelos al frente, para acabar de perfilar el organigrama del bipartido y analizar los asuntos más apremiantes. Los ojos cansados de Folgueral asoman por la boca del parking de la plaza del Ayuntamiento a cinco minutos de las diez de la mañana. Su semblante es serio. Lo mismo que el de los cinco concejales que siguen sus pasos. Se trata de Emilio Cubelos, su primer teniente, sus dos «escuderos» Fernando Álvarez y Santiago Macías, y la también edil de IAP, Cristina López Voces. El nuevo regidor recorre parsimonioso los 50 metros que separan la salida del aparcameinto del consistorio, atribulado por los periodistas.
Comienza a llover tímidamente. Pero los reporteros impiden a Folgueral alcanzar la puerta principal. Un nuevo interrogatorio. Contesta resuelto casi a las mismas interrogantes que cuando anunció su abandono del PSOE. En su desembarco en la alcaldía luce una de sus ternas casi invariables. Una gabardina negra, chaqueta y pantalón negros y zapatos de punta afilada también negros.
Un periodista le reitera la pregunta que menos le gusta tanto a él como a sus compañeros de viaje acerca de la presunta moralidad de su asalto a la presidencia de la Corporación. No titubea: «A nivel moral nos sentimos plenamente legitimados porque el señor Álvarez está fuera de la política». En ese instante suenan potentes las campanas de la basílica de La Encina anunciando las diez. Tras desembarazarse por fin del enjambre mediático y justo bajo el dintel del portón consistorial se detiene a solas con el redactor del Diario de León. «Vamos a reunirnos nosotros —dice mirando a los cinco ediles que le aguardan_ y a empezar a diseñar la organización política y de los puestos de responsabilidad de cada uno. Incluso a despachar algún asunto del día. pero hay una estabilidad total en municipio», añade como tranquilizándose a sí mismo.
Cinco metros más allá, los primeros saludos protocolarios. para cuatro policías locales y los ordenanzas. «¡Mucho ánimo y vamos a empezar a trabajar!», exclama en voz alta. Folgueral, Álvarez y Macías, junto a sus socios Cubelos y Cristina López Voces, entran primero en el despacho del alcalde para reunirse. Luego llega el edil de IAP Argimiro Jánez y deciden trasladarse a la sala de junta. En la agenda está la concreción de los nombres de los concejales que ocuparán cada área, la reorganización de las existentes y también quienes tendrán las dedicaciones exclusivas que se han prometido reducir de forma notable.
Pero no es la única cuestión que les ocupa gran parte de la mañana antes de que Folgueral atienda a una ciudadana cabreada por una serie de multas y de que a mediodía emprende una segunda gira por las emisoras locales. La secretaria general del Ayuntamiento acude a la sala para presentar al regidor y a sus acompañantes los asuntos más apremiantes. El primer teniente de alcalde in pectore , Emilio Cubelos, es el más inquieto. Sobre todo tras conocer que hace falta bastante más dinero para solventar ya algunas obligaciones del Ayuntamiento en el ámbito de los servicio y en lo que atañe al porvenir del Mundial de Ciclismo.
Desfilan por la sala de junta el jefe de Policía y otros funcionarios de nivel con los que tratan de poner al día al bipartito a la espera de presentar oficialmente hoy martes el reparto de cargos y dedicaciones exclusivas.
Folgueral vuelve a salir acompañado de su jefe de prensa para intervenir en directo en dos cadenas de radio. Y vuelta a atender sus primeras obligaciones consistoriales. Ya ha firmado los ceses de sus antecesores. La mañana parece inacabable.
A las 16.45 se apea por fin frente a su casa en el barrio de La Estación de un vehículo negro que conduce su propio asesor de prensa. Saca a su hijo pequeño del coche y se dirige al portal del bloque de viviendas. La tarde vuelve a presentarse más que ajetreada.