El año pasado contrataron fuera de León a 5.400 jóvenes más de los que llegaron
Un saldo negativo que crece. El del número de jóvenes leoneses que tiene que abandonar la provincia para conseguir un empleo, frente a la cifra de aquellos de otras provincias que logran un puesto de trabajo en León. Sólo en el último año las empresas ubicadas en León contrataron a 9.873 menores de 30 años que vivían en otras provincias; pero en cambio fueron 15.281 los jóvenes leoneses que tuvieron que hacer las maletas para poder firmar un contrato laboral. Un saldo negativo de 5.408 jóvenes.
Un análisis más profundo del ejercicio anterior por parte de los servicios públicos de empleo refleja que del total de contratos firmados a jóvenes de entre 16 y 30 años, 34.373 permitían a los nuevos trabajadores mantener la residencia en la provincia.
En cambio, entraron 4.438 jóvenes a trabajar en empresas leonesas. La mayor parte de ellos procedían de Asturias, seguidos de los de Valladolid, Madrid, Zamora y Orense.
Sensiblemente mayor fue la cifra de los leoneses que tuvieron que irse para poder trabajar. Casi 8000, de los que casi 2.000 tienen como destino la capital del país. Madrid sigue siendo el gran receptor de jóvenes trabajadores leoneses, seguido de Asturias, Barcelona, Valladolid y Coruña.
En el 2011 se redujo el número de contratos realizados por empleadores leoneses a jóvenes de otras provincias que llegaron a trabajar a León; en cambio dse dispararon los contratos a jóvenes que mantenían su domicilio en León, pero debieron abandonar la provincia.
Una tendencia que se ha incrementado con fuerza en los últimos meses, según reflejan los datos. También porque se ha aumentado sensiblemente la contratación temporal, es dedir, la rotación. Una precarización de contratos de menos duración, en resumen.
Las principales ocupaciones de los jóvenes leoneses que se van a trabajar fuera se concentran en el sector sanitario, seguido de la educación y los servicios de alojamiento.
España
Casi 3.600 jóvenes parados leoneses ni siquiera terminaron la enseñanza obligatoria
María Jesús Muñiz Prieto