La mochila como penitencia
El argumento del poderoso impacto turístico en negativo que supone la decisión de la Consejería de Educación de establecer las vacaciones escolares la semana posterior a la de las procesiones fue uno de los empleados por la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de León cuando a finales de febrero ya provocó una ‘rebelión’ contra esta decisión, por segundo año consecutivo.
Su presidente, Emilio Puente, sigue manifestando que con el calendario escolar de los dos últimos años «no se protege convenientemente la celebración popular más importante de Castilla y León». Y el efecto económico pesa mucho, junto a la imposibilidad de la real participación en las procesiones de buena parte de los 20.000 papones con que cuenta la ciudad de León repartidos entre las 16 congregaciones penitenciales existentes.
El malestar generalizado de los cofrades ha provocado el impulso de una curiosa campaña que, bajo el eslogan «Hay cole en Semana Santa» ha puesto en marcha el llamado Portal Papones, un portal independiente de la Pasión leonesa. El cartel de ‘protesta’ es muy elocuente: Los penitenciales ni marchan pujando un paso ni arrastrando un pesado crucifijo, sino que a sus espaldas llevan mochilas bien cargadas de libros escolares. La queja es más que evidente.
Otro problema añadido es la conciliación familiar de esa mayoría de madres y padres que, trabajando con normalidad la semana posterior a la Semana Santa, no disponen de recursos para solventar el hecho de que los niños permanezcan sin colegio desde el lunes 1 al viernes 5 de abril. Algo que sí se suele resolver con mayor facilidad los tres únicos días laborables de la Semana Santa, aunque sea con ayuda de familiares.