Feijóo descarta dimitir por su amistad con un contrabandista porque actuó «dentro de la ley»

Con la «conciencia muy tranquila» frente a los que pretenden «amedrentarme» y sin pensar en la dimisión. Así respondió ayer el presidente de la Xunta y líder del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a la tormenta política que ha desatado la publicación de unas fotos en las aparece junto al contrabandista Marcial Dorado, condenado a 14 años de prisión.

Feijoo compareció en el Parlamento gallego y fue rotundo al afirmar que no piensa dimitir como reclama la oposición. «Si tuviera la más mínima duda de que en mi carrera profesional, funcionarial o política hubiera hecho algo ilegal estaría en una situación muy comprometida. No lo he hecho», se justificó Feijóo, uno de los valores en alza del PP, con fama de buen gestor y visto como un posible sucesor de Mariano Rajoy al frente del partido.

«He actuado siempre dentro de la ley», volvió a insistir el presidente gallego, que cuando se tomaron as fotos era el número dos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Galicia. Explicó que su relación con Dorado fue «social y de ocio», no profesional. «El grado de ingenuidad de hace 20 años es difícil de explicar 20 años después», se justificó Feijóo, que calificó esa amistad de «torpeza».

Las fotos, tomadas en el verano de 1995 en la ría de Vigo, muestran al hoy presidente de la Xunta muy relajado al sol llevando el timón del barco de Dorado y sentado junto al contrabandista, que por aquel entonces ya había sido detenido en dos ocasiones por comercio ilegal de tabaco.

De la existencia de estas imágenes, el presidente gallego tuvo constancia hace casi una década e informó tanto a Rajoy como a la secretaria del PP, Dolores de Cospedal, quienes le apoyan sin fisuras.

El asunto ha revolucionado la política gallega y recuerda a otro episodio fotográfico que le costó las autonómicas del 2009 al gobierno de PSOE y BNG. El protagonista de la foto era el vicepresidente gallego, el nacionalista Anxo Quintana, que aparecía en un yate junto al empresario Jacinto Rey, que posteriormente fue uno de los grandes beneficiados del concurso eólico gallego. Aunque la foto era anterior a sus responsabilidades en la Xunta, al igual que las de Feijóo, que se tomaron hace 18 años, el PP lanzó una campaña durísima desde la oposición que exigió insistentemente la dimisión del vicepresidente.