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pastos ‘improductivos’. Agricultura versus Medio Ambiente

Golpe a los puertos pirenaicos

La Junta decreta improductivas o forestales 40.000 hectáreas que excluyen de las ayudas de la PAC a puertos pirenaicos como los de Abelgas de Luna .

Los ganaderos José Miguel Manga y Gregorio Fidalgo, junto al pedáneo de Abelgas de Luna, Rufino Fidalgo, muestran las lindes de Fueyo del Agua.

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ana gaitero | abelgas de luna
León

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José Miguel Manga recuerda cuando era niño y subía a los puertos con la burra. Ordeñaba las cabras y bajaba andando porque la acémila cargaba con las lecheras. Ahora sube en todoterreno, pero cada verano vuelve a los puertos de Callejo y Bermejo, en Abelgas de Luna, con la mitad del rebaño de ovejas merinas, cerca de un millar, que constituye su medio de vida y el de su hermano.

Es uno de los 48 ganaderos trasterminantes que perviven en la provincia de León. Pastores que pasan el invierno en los páramos y regresan a los puertos pirenaicos en el estío para beneficiar los pastos «de toda la vida, de todos nuestros antepasados».

Los puertos pirenaicos de Babia y Luna son los más ricos de Europa, según un estudio de la Reserva de la Biosfera. Pero la Junta acaba de declarar improductivos puertos señeros para la trashumancia como los de Abelgas de Luna, donde sólo uno, el de la Solana, se ha salvado de la medida que excluye a 40.000 hectáreas de la provincia de la condición de pastos, según la cifra desvelada por el director general de Política Agraria Comunitaria, Juan Pedro Medina.

Esta calificación supone su exclusión autómatica de las ayudas de la PAC (Política Agraria Comunitaria). La Consejería de Agricultura no ha facilitado los municipios afectados por esta transformación, pero una buena parte están ubicados en zonas montañosas que tradicionalmente han sido aprovechadas como pastos.

En Abelgas de Luna han sido declaradas improductivas 641 hectáreas de terrenos de los puertos Callejo Bermejo, Fueyo del Agua y La Muela. Cuatro ganaderos trasterminantes que se han quedado sin la posibilidad de acceder a la ayuda de la PAC pese a que la misma Junta de Castilla y León, a través del Servicio Terrtitorial de Medioambiente, en la Consejería de Medio Ambiente, los subastó como pastables para 1.300 ovejas.

De Pelayo a la Junta

Cuenta la leyenda que Pelayo escondía sus caballos en los puertos de Abelgas de Luna, llamado el valle Escondido, para luchar contra los sarracenos. Ahora la Junta Vecinal tiene que luchar contra la Junta de Castilla y León para que rectifique la decisión de eliminar de cuajo, esta fuente de riqueza para el pueblo.

Los pastos de Abelgas de Luna tienen una producción media de entre 250 y 350 unidades forrajeras, según un estudio de la empresa Tenosylva elaborado en el año 2006 para la Consejería de Medio Ambiente. Este estudio se realizó sobre el terreno y se clasificaron las superficies por el tipo de vegetación asignándoles un valor productivo medio.

El servicio territorial de Medio Ambiente administra los montes de utilidad pública y, con ellos, más de 150 puertos pirenaicos de la provincia leonesa en los que está autorizado el pasto para cerca de 30.000 ovejas, casi 6.000 cabezas de vacuno, 800 caballos y casi un millar de cabras.

Tan sólo 19 puertos quedaron sin adjudicar en la última subasta celebrada para el año 2013. En total, los ganaderos pagarán este año 258.950 euros por el arrendamiento de los pastos, dinero del cual el 85% va a parar a las juntas vecinales y el 15% restante a la administración autonómica a través del Servicio Territorial de Medio Ambiente de León.

La Consejería de Agricultura no ha tenido en cuenta los aprovechamientos reales. Su decisión de cambiar los terrenos a improductivos o a masa forestal, ambos excluidos de las ayudas PAC, se basa en las fotografías del Sigpac (Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas), el satélite que se utiliza específicamente para controlar los 13 millones de solicitudes de ayudas que se registran en la Europa de los 27.

Manda Bruselas

Bruselas ha dado orden a los estados miembros de eliminar todas las subbvenciones que se dan a agricultores y ganaderos «virtuales», es decir, aquellos que sin tener ganadería ni sembrar cultivos se están beneficiando de las ayudas. Uno de los mecanismos para depurar las abultadas ayudas de la PAC es el coeficiente de admisibilidad, incorporado a la legislación española por un decreto el 13 de enero de este año.

El coeficiente de admisibilidad de pastos estipula que «a las superficies de pastos que presenten características que impidan un aprovechamiento total de las mismas por la presencia de elementos improductivos tales como roquedales, lagunas y otras zonas sin vegetación, así como pendientes elevadas u otras características que determine la autoridad competente, se les asignará en el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (Sigpac) un coeficiente que refleje el porcentaje de admisibilidad a nivel de recinto Sigpac».

A efectos de los regímenes de ayudas directas, el máximo a percibir «será la superficie del recinto multiplicada por dicho coeficiente». El decreto estipuló que en caso de disconformidad con el coeficiente asignado se podrá presentar una alegación motivada al Sigpac». En Castilla y León, las ayudas a la PAC se publicaron el 5 de febrero en el Bocyl y el plazo para presentar la solicitud termina el 30 de abril.

Los ganaderos que se sientan perjudicados podrán presentar la reclamación «motivada» en la Dirección General de Política Agraria Comunitaria de la Junta. Juan Pedro Medina reconoce que ha recibido reclamaciones de varias provincias, sobre todo de Ávila, Segovia y León. Pero se muestra renuente a que se reconozca el 100% del aprovechamiento que venían acreditando hasta ahora los ganaderos en Abelgas de Babia. «Habrá que ajustar el coeficiente de aprovechamiento pero probablemente esté más cerca de cero que de las 641 hectáreas» reconocidas hasta ahora. «En la provincia de León hay 700.000 hectáreas de pastos», asegura. El director general está seguro de que los ganaderos podrán encontrar fácilmente otros pastos. Pero los ganaderos piensan que es un golpe más a su actividad. «Como mucho podrían quitar la Peña La Correa, pero la andan las ovejas bárbaro e incluso las vacas», asegura el presidente de la Junta Vecinal.

El estudio del comité MAB de las Reservas de la Biosfera sobre los pastos de los puertos de Babia es contundente: «Con objeto de conservar la diversidad de especies ligadas al pastizal, es preferible que exista un ligero exceso en la carga ganadera antes que la disminución o abandono del pastoreo».

El biólogo Ignacio Doadrio, coordinador del estudio, subraya que «el mantenimiento de la productividad de pasto requiere que se evite el abandono y se mantenga un pastoreo continuo que favorezca la movilidad de los nutrientes y la fertilidad del suelo». La matorralización, por el contrario, «constituye un problema de primera índole para plantas, invertebrados, aves y otros grupos biológicos».

Ganaderos indignados

Los ganaderos están indignados porque en el fondo se les está tratando como a sospechosos de fraude. «En las unidades veterinarias saben las ovejas que suben y saben cuando bajan porque nos tienen que dar las guías. ¿Tan difícil es controlar a 40 ganaderos?», lamenta Gregorio Fidalgo. Hace 28 años que sube con las ovejas desde San Pelayo del Páramo hasta el puerto de Fueyo del Agua. Violeta Alegre, su esposa, se queda en la montaña mientras él atiende la paridera del verano en las naves que alquilan a las juntas vecinales en el Páramo.

«La sección 5ª de la Junta nos arrienda los puertos y la 4ª nos dice que son improductivos. Esto es un cachondeo. Que vengan en julio y agosto a ver si hay ganado. Nos dicen que hay muchos pastos en La Cabrera, pero somos de aquí y venimos aquí desde siempre. En realidad nos están invitando a que engañemos», lamentan.

Ataque a los pueblos

La Federación Leonesa de Entidades Locales Menores y asociaciones de ganaderos y pastores trashumantes como La Mesta preparan impugnaciones por la metodología que se ha seguido en este procedimiento por el que se han reconvertido en improductivas y masa forestal 90.000 hectáreas de las cuales casi la mitad —40.000 hectáreas— pertenecen a la provincia de León.

La medida «supone pérdidas económicas para las juntas vecinales, una pérdida demográfica y pérdida de puertos en la Red Natura lo que supone un perjuicio medioambiental gravísimo, porque facilitará el avance de los arbustos y aumenta el riesgo de incendios», asegura el abogado Carlos González-Antón.

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