Todas las fuerzas políticas rechazan la actuación de los antisistema

Los convocantes de ‘Asedia el Congreso’ lograron un inusual consenso en la cámara baja: todos los grupos parlamentarios rechazaron o, al menos, se desmarcaron de esta convocatoria al considerarla violenta..

Tanto el presidente del Congreso, Jesús Posada, como los portavoces de todos los grupos permanecieron en sus despachos durante la concentración. Horas antes, el propio Posada ya advirtió de que «querer asaltar y asediar el Congreso es dar un paso contra la democracia muy grave».

El PP volvió a responsabilizar a la «izquierda más radical, que se arroga una representatividad que no tiene» de esta iniciativa. El diputado y vicesecretario de organización del popular, Carlos Floriano, pidió a todos los partidos que defiendan «cada escaño» y apoyen la democracia «sea del partido que sean».

Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida (IU), explicó que no compartía el objetivo de esta iniciativa —el de asediar el Congreso hasta que dimita el Gobierno— porque lo considera «irreal» y «ficticio» además de que podría tener «algún tinte violento». Lara aseveró que su formación solo apoya protestas pacíficas. Álvaro Anchuelo, portavoz económico de UPyD, aseguró que su formación «comprende» e incluso «comparta» el «enfado» de los ciudadanos ante las políticas del Gobierno del PP pero rechaza que ello derive en la organización de protestas de carácter violento y prefiere canalizar esas alternativas en las instituciones. Una llamada a la no violencia que también realizó el miércoles la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez.