Diario de León

León sigue partido en dos

Dos años después del cierre del paso a nivel del Crucero, Adif no ha desmantelado las vías y catenarias inútiles que dividen la ciudad, Ordoño II sigue siendo terreno ferroviario y los talleres de Renfe se caen .

La antigua estación del ferrocarril está semiabandonada y su entorno está intacto desde que se suprimió el paso a nivel del Crucero, ofreciendo un paisaje decadente.

La antigua estación del ferrocarril está semiabandonada y su entorno está intacto desde que se suprimió el paso a nivel del Crucero, ofreciendo un paisaje decadente.

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marco romero | león
León

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León dice adiós a la operación ferroviaria a gran escala que pretendía eliminar la barrera histórica del ferrocarril. La conexión entre el área occidental de la ciudad de León, San Andrés del Rabanedo y el centro de la capital se esfuma, mientras las adminstraciones implicadas no llevan los deberes al día. Ni siquiera en asuntos viables económicamente que ayudarían a resolver el decadente paisaje urbano del viejo ferrocarril a su paso por la ciudad, caso del desmantelamiento por parte de Adif de las vías y catenarías inservibles que todavía atraviesan barrios enteros de León y San Andrés. Se acaban de cumplir dos años del cierre del paso a nivel del Crucero y la titularidad de la prolongación de Ordoño II todavía no ha sido traspasada al Ayuntamiento de León; parte de este vial sigue siendo terreno ferroviario. Asimismo, el estado de conservación de los talleres donde trabajan más de 80 personas no es aceptable, como tampoco lo es la situación de abandono en la que se encuentra la antigua estación y su entorno. A ello se suman quejas vecinales por el deterioro que está padenciendo la zona y la constancia de que desde hace dos años no se ha realizado ni la más mínima mejora dentro en el entorno urbano enterrado por el ferrocarril.

En la Velasquita

«Han tirado el dinero durante años y ahora ni siquiera tenemos un patrimonio adecentado; no deberíamos sufrir este abandono vergonzoso e injustificado», declara un vecino del área que se conoce como la Velasquita, situada entre el antiguo paso a nivel y San Andrés. El vallado de alambre que protege el área ferroviaria está destrozado en varios puntos, lo que ha favorecido el paso nocturno de ciertos transeúntes hacia Relojero Losada. Las vías están inoperativas. Su desmantelamiento, dependiente de Adif, se revisará en una próxima reunión del grupo de trabajo constituido por todas las administraciones implicadas en la integración, según informaron fuentes de la entidad. Hasta ahora, ninguno de los dos ayuntamientos afectados —León y San Andrés— ha reivindicado la retirada del material ferroviario. Si no para su desarrollo urbanístico —descartado por completo en estos momentos de crisis—, al menos para limpiar la zona y favorecer con un entorno diáfano la integración del Oeste de León.

Uno de las principales preguntas en este momento es por qué Adif, dependiente del Ministerio de Fomento, no ha retirado las catenarias inservibles que atraviesan León de lado a lado. Tras reforzar la entidad ferroviaria las subestaciones eléctricas de Torneros e instalar una nueva en la zona de Villabalter —además de mantener otra en Quintana de Raneros— no hay obstáculo alguno para que esta aparatosa red sea desmantalada, dado que el suministro para todo el tendido ferrorivario queda cubierto con el refuerzo de subestaciones ejecutado por Adif hace ya tiempo, precisamente para este fin.

Estas catenarias son fácilmente visibles porque atraviesan la prolongación de Ordoño II y también la avenida Doctor Fléming. También hay decenas de postes por el resto del trazado anulado para la circulación de trenenes. Desde el 18 de marzo del 2011, cuando se cerró el paso a nivel, toda esta infraestructura se ha dejado como estaba, otro desacierto, puesto que es material actual y perfectamente reutilizable en otro lugar.

Sin traspasar

Precisamente parte de la avenida de Ordoño II, prolongada en el año 2010 con un coste de 1,3 millones de euros, aún no ha sido transferida al Ayuntamiento de León y sigue constando como terreno ferroviario. Según Adif, el traspaso de la prolongación de esta avenida «se está determinando» en el proceso de liquidación de la Sociedad León Alta Velocidad, todavía en marcha. La misma fuente también oficial señala que tanto los planes sobre la antigua estación del ferrocarril, inhabilitada y semiabandonada, como de su entorno quedan pendientes de una inminente reunión.

Pese a tener edificios de este tipo vacíos, Adif sigue pagando importantes alquileres en León. Algo que, según la entidad, se zanjará en el tercer trimestre de este año, cuando se traslade al nuevo edificio del CRC a todos los trabajadores que actualmente se encuentran dispersos en edificios alquilados. De este emblemático edificio —uno de los pocos elementos que queda del primer planeamiento ferroviario— se dejarán sin ocupar dos plantas, que serán utilizadas para acoger las instalaciones de control y gestión del tráfico ferroviario cuando se ponga en marcha la línea de alta velocidad.

Y esa fecha definitiva se desconoce. El Ministerio de Fomento ofrece a medio plazo 700 millones para culminar la alta velocidad ferroviaria entre León y Palencia, cuando sólo el soterramiento de las vías en León y San Andrés absobía, según los planes de León Alta Velocidad, más de 350 millones de euros. Por lo tanto, el reciente anuncio de la ministra de Fomento, Ana Pastor, augura una intervención ferroviaria bajo mínimos. Incluso la Variante de Pajares, obra estrella de los gobiernos socialistas, no se terminará antes del año 2015, y eso en el hipotético caso de que se reanudaran las inversiones de inmediato.

En lo que corresponde a Renfe, su intervención también ha sido tibia en este periodo. Una de las imágenes más simbólicas del abandono que sufre la zona es la situación en la que se encuentran los talleres, ubicados en el área ferroviaria paralela a la avenida Párroco Pablo Díez. Los hangares tienen enormes goteras y desconchones. En los talleres todavía trabajan alrededor de 80 operarios. Estas instalaciones destinadas a la mecánica del material motor iban a ser trasladadas, pero esta operación dependía de la plataforma de Torneros, ahora paralizada y pendiente de la nueva revisión del tendido de alta velocidad que proyecta Fomento.

En la actualidad, el paisaje ferroviario presenta una imagen fácilmente mejorable. Los vallados, las vías abandonadas, la electrificación inservible o los edificios abandonados —entre ellos, la antigua casa sindical— siguen constituyendo la barrera histórica que han representado durante años. Los muros levantados en el antiguo paso a nivel del Crucero siguen recordando todavía hoy que León está partido en dos.

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