El sector destaca la reducción del coste de la retirada de reses muertas
La instalación de muladares es, a juicio de los sindicatos agrarios leoneses, una buena noticia para los ganaderos de las zonas de montaña, que deberán de afrontar los gastos del transporte de las reses hasta la planta de destrucción de cadáveres de animales de Rebisa, en Cabreros del Río.
Para el secretario general de Asaja, José Antonio Turrado, la retirada de las ayudas al seguro de recogida de reses muertes hace que este servicio resulte «tremendamente caro», en especial si desde Cabreros hay que llegar a por los animales a la montaña leonesa. Además, en opinión de Turrado, la recogida supone «un riesgo sanitario». Se trata de un transporte, cargado de cadáveres de animales «que cada uno ha muerto de una cosa y puede transmitir enfermedades en las explotaciones que visita». La recogida de cadáveres «no es sostenible desde los puntos de vista sanitario ni económico». Además, destacó el beneficio ambiental.
El líder de la Alianza para la Unidad del Campo de Ugal-UPA y Ucale-Coag, Matías Llorente, manifestó su acuerdo con la instalación de los muladares porque los ganaderos «quedan exentos de la recogida de cadáveres», aunque este beneficio sólo afectará «a los ganaderos de las zonas en las que van a ubicar, pero a uno de Toral de los Guzmanes no le soluciona nada». Además, la medida «evita los ataques de buitres a los terneros cuando están naciendo y a las ovejas». El secretario general de Ugal señaló que la instalación de muladares es una vieja reivindicación de los ganaderos y los ecologistas.
Por su parte, el coordinado de la UCCL en León, Juan Antonio Rodríguez, manifestó que el arrojar animales al monte «es una práctica que se ha hecho toda la vida», aunque reconoció que es preciso «un control de los animales». Rodríguez señala que la situación de crisis influye en la autorización de los muladares.
Zonas de rapaces
Desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), Javier Purroy indicó que las áreas elegidas para instalar muladares en León «se corresponden con las zonas más importantes de presencia de rapaces».
Purroy indicó que la SEO ha defendido que, una vez controlado el problema de las vacas locas , «no existen inconvenientes para que las reses queden en el monte». El conservacionista indicó que los muladares vallados sólo permiten alimentarse a las aves de los restos que se depositen y señaló que también el oso recurre a los restos de animales como fuente de alimento «al principio de la primavera, si lo ve necesario».