«Los arrieros somos una raza especial con el comercio»

Lleva grabado a fuego en su ADN su origen maragato y arriero. Representa, junto a sus hermanos, la segunda generación de la conservera de pescado fundada por el patriarca de la familia, una saga de Santa Marina de Somoza, propietaria de un grupo, Calvo, con sede en Carballo, y presencia en los cinco continentes, con 3.000 trabajadores y capital 100% español

José Luis Calvo García-Benavides, Chicho, como todos le conocen, preside el grupo, donde se incorporó nada más terminar el Bachillerato a los 17 años. Ahora tiene 78 y la tercera generación está incorporada ya a la empresa.

«De pequeños mis hermanos y yo pasábamos el verano en Santa Marina. Recuerdo dormir con las ovejas y los pastores a la intemperie». Allí la saga recuperó su casa familiar, rehabilitada siguiendo el patrón de las moradas maragatas, donde acuden con frecuencia.

«Los arrieros somos una raza especial, estamos por todo el mundo. Somos descendientes de judíos, la Reina Isabel la Católica nos envió a pastorear a las montañas de León. Tenemos una sabia comercial que llevamos dentro y somos muy trabajadores».

Cree que el secreto para levantar y mantener un conglomerado como el Grupo Calvo está «en tener muchas ganas, afición, sentido común y apagar las luces cuando no alumbran a nadie».

Capean a la crisis gracias a las exportaciones, que ahora suponen el 75% de su negocio. «Estoy convencido de que España saldrá de la crisis, siempre salimos hacia delante», dice convencido.