El PP defiende la legalidad de los sobresueldos a sus dirigentes
El PP defendió ayer la legalidad de los sobresueldos que paga desde hace dos décadas a los dirigentes del partido que ocupan escaños en el Parlamento y tienen un cargo en el partido. El lunes admitieron esta práctica ante el juez Pablo Ruz el presidente del Senado, Pío García-Escudero, y el diputado Eugenio Nasarre.
La formación liderada por Mariano Rajoy señaló en un comunicado que todas estas retribuciones, de las que solo están excluidos los miembros del Gobierno, se pagan por transferencia bancaria, con su correspondiente retención por IRPF y Seguridad Social, y están reflejadas en las cifras que el partido entrega cada año al Tribunal de Cuentas. Una vez más rechazó la existencia de una posible contabilidad B, que es de hecho lo que investiga Ruz a partir de los manuscritos del ex tesorero Luis Bárcenas, que apuntan a posibles donaciones y pagos irregulares en el PP.
De lo que el comunicado no dice nada es de la transacción descrita por Nasarre en la Audiencia Nacional. Dijo que en 2003 el entonces tesorero del PP, Álvaro Lapuerta, en presencia de Bárcenas, le entregó varios sobres con 30.000 euros en metálico para su fundación Humanismo y Democracia. Operación que, al año siguiente, se repitió por valor de otros 40.000 euros.
Quien sí hizo alusión a este hecho fue el portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, que piensa que lo que ocurrió es que Nasarre recibió una «donación anónima», de la que Lapuerta solo sería intermediario.
El PSOE denunció ayer que las revelaciones del caso apuntan a que Rajoy es el «verdadero hilo conductor» de lo que denominó «una trama estructurada» de financiación ilegal del PP, partido que dirige desde hace una década, y reclamó su comparecencia urgente en el Congreso para explicar las relaciones con Gürtel y los papeles de Bárcenas. Soraya Rodríguez, la portavoz del PSOE, también animó a García-Escudero a «reflexionar» sobre la posibilidad de dimitir como presidente del Senado. El portavoz popular tildó a la socialista de «ruin» por superar «las líneas rojas».