El juez encara ya la recta final del caso Nóos en busca de arrepentidos
Castro interroga a partir de hoy a tres imputados y 12 testigos para seguir indagando.
El juez del caso Nóos encara la que, espera, sea la recta final de la instrucción de esta vasta investigación que dura ya casi dos años. El magistrado José Castro se enfrenta a estos últimos metros del maratón con un objetivo claro, intentar que tres de los imputados, entre ellos dos de los testaferros de Iñaki Urdangarín, se avengan a colaborar a cambio de conseguir eximentes que dulcifiquen la petición del fiscal. Los 15 interrogatorios de estas jornadas, junto a las comparecencias previstas el 28 de junio y el 8 de julio en Valencia y Barcelona, deberían poner el broche a la instrucción, siempre a expensas de que Hacienda responda a la riada de informes que Castro, sin apoyo de la Fiscalía, ha pedido para tratar de imputar a la infanta Cristina por fraude fiscal.
Mario Sorribas será el primero que el lunes se enfrente a las preguntas del fiscal. La gran incógnita es saber si este testaferro y amigo íntimo del duque hasta hace unos meses hablará para conseguir algo cercano a su desimputación. Sorribas es un hombre clave en la investigación. Es todavía, a día de hoy, el apoderado de Aizoon, la empresa que comparten Urdangarín y la infanta, y usada para desviar dinero público y cargar trabajos del yerno del rey. Además, fue uno de los responsables en la fundación de niños discapacitados que sustituyó a Nóos, fue el ‘hombre de paja’ en una de las sociedades en el extranjero de la trama y la persona que gestionó los 120.000 euros que Madrid 2016 pagó a esta fundación en concepto de donaciones sin contraprestación alguna. En sus manos está buena parte de la suerte de Urdangarín. Hasta ahora no se ha avenido a colaborar, pero la imputación le pesa cada vez más. Aunque la idea de traicionar a su viejo amigo también puede ser un freno.
Unos y otros
Una situación parecida es la del belga Robert Cooks, el intermediario internacional acusado de haber intervenido en la operación del duque de Palma para evadir a Suiza dinero procedente de diferentes estudios a Aguas de Valencia. Según Anticorrupción, el marido de la infanta llegó a cobrar 140.000 euros en el extranjero gracias a la ayuda de Cooks. Al belga la suerte de Urdangarín le importa poco, ya que no tuvo ninguna relación con él más allá de la comercial. El problema para Cooks es su prestigio.
Como imputado también desfilará Miguel Zorío, publicista valenciano acusado de facilitar facturas falsas a Nóos para cobrar de la Generalitat por trabajos no realizados para los fallidos Juegos Europeos por los que Urdangarín se embolsó 382.000 euros del Gobierno de Camps. Zorío, que también intermedió en el contrato con Aguas de Valencia, cada día se muestra más favorable a tirar de la manta e implicar al yerno del rey, a cambio de un acuerdo para salir casi indemne. Como testigo, declarará esta semana el bróker barcelonés Alejandro Sánchez Mollinger. Este empresario se ha librado de ser acusado por su disposición desde el principio a colaborar con la justicia. Su ratificación es imprescindible para cercar judicialmente al marido de la infanta.