Diario de León

Artur Mas se queda sin margen para convocar la consulta soberanista

Unas elecciones plebiscitarias anticipadas, . posible salida al atolladero catalán.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas.

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c. reino / r. gorriarán | (colpisa) barcelona / madrid

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La décima legislatura catalana aún no ha cumplido ni medio año de vida y ya ha entrado en su fase decisiva, y puede que final. Así lo han querido CiU y Esquerra Republicana, que al inicio del mandato pactaron una hoja de ruta que fijaba para 2014 la fecha de la celebración de la consulta y establecía que para el 31 de diciembre de este año todos los procedimientos formales y jurídicos de la convocatoria tienen que estar resueltos.

A pesar de que Mas va camino de cumplir todos los puntos del acuerdo, Esquerra no para de exigir que acelere el proceso. La respuesta desde el Gobierno catalán siempre es la misma, primero hay que configurar una mayoría lo más amplia posible y hay que dar todos los pasos institucionales.

Pero en realidad el problema que tiene Mas es que aún no sabe cómo va a celebrar la consulta. Afirma, sobre la base de un informe firmado por el ex magistrado del Constitucional y presidente del órgano asesor para la transición nacional, Carles Viver Pi-Sunyer, que existen cinco vías amparadas por la legislación española que harían posible el referéndum.

Sin embargo, todas, como por ejemplo la modificación del artículo 150.2 de la Constitución o el 92, precisan del visto bueno del Gobierno e Mariano Rajoy, un requisito imposible de cumplir por la negativa rotunda y sin posibilidad de cambio de la Moncloa. «No hay viabilidad legal sin voluntad política», se lamenta en privado un influyente diputado de CiU.

Desde el Gobierno

El Ejecutivo de Rajoy, entretanto, oberva como evoluciona la situación desde la barrera. «No va a haber ningún guiño ningún gesto», afirman en la Moncloa, covencidos de que el nacionalismo catalán ha emprendido un viaje hacia ninguna parte. El Gobierno central, además, tiene ahora una poderosa herramienta antisoberanista, un Tribunal Constitucional con una nueva mayoría conservadora y centralista. La composición de la corte «parece que no va en la mejor línea para dar respuesta a las aspiraciones de Cataluña», admitió ayer la vicepresidenta del Ejecutivo autónomo, Joana Ortega. Mas está en un «callejón sin salida», sostiene Toni Aira, profesor de Comunicación Política en la Universitat Oberta de Catalunya.

Un atolladero, en el que el presidente ve que no puede apuntalar el proceso y, encima, las dificultades económicas son acuciantes. «En Cataluña hay una sensación pesimista en torno al referéndum, pero nadie acaba de asumir que no hay salida», señala Aira. La cuestión, añade, es que CiU tiene «pocas posibilidades» de dar marcha atrás. Porque si lo hace, sus dirigentes, con Mas a la cabeza, tendrán que «jubilarse» y sobre todo porque Esquerra tiene todas las de ganar.

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