Rajoy y Rubalcaba cierran su entente de cara al próximo Consejo Europeo

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba ya tienen todo listo para la puesta en escena de ese acuerdo básico con el que intentan demostrar que, pese a sus diferencias, son capaces de unir fuerzas cuando se trata de defender a España. El jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición ultimaron ayer, a través del teléfono, el contenido de la proposición no de ley que será sometida a votación del Congreso la semana que viene y que marcará la posición del Ejecutivo en el Consejo Europeo de finales de mes. Ahora queda discutirla con los demás grupos.

Al final no hubo encuentro personal. Ni en La Moncloa ni en el Congreso. En realidad, no hacía falta para sellar el apretón de manos porque tampoco había grandes discrepancias en origen. Los dos grandes partidos han considerado siempre que la política frente a la UE, como la política exterior en su conjunto, debe quedar fuera del juego partidista. La diferencia es que ahora le darán algo más de formalidad, lo plasmarán por escrito y lo discutirán en la cámara.

A juicio del portavoz de la Izquierda Plural, «una chapuza parlamentaria». José Luis Centella, como los representantes del resto de los grupos, ha sido convocado hoy por PP y PSOE a una reunión para ver si es posible incorporar sus aportaciones. Pero no acudirá. Dice que lo que han pactado Rajoy y Rubalcaba no son más que medidas «placebo». Y que no participarán de la farsa de preparar un «plato precocinado». «Sólo se nos invita a la foto final». dijo.

Por los jóvenes

El jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición abogan por exigir a la UE algo que, en principio, también quieren Alemania y Francia, la puesta en marcha «cuanto antes» del plan europeo de crecimiento juvenil —en el presupuesto europeo hay una partida de 6.000 millones de euros para los próximos cinco años que habría que movilizar—. Reclaman igualmente «medidas para la economía real», como una línea de crédito para pymes del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y medidas de crecimiento e inversiones europeas con cargo a fondos comunitarios. A todo eso hay que sumar la agilización de la unión bancaria, acordada en otro Consejo Europeo clave hace ahora un año. Se trata de algo trascendental para España porque permitiría que la ayuda pedida al fondo de rescate europeo para sanear el sistema financiero no compute como deuda del Estado.

Y, en una línea similar, ambos quieren que la propuesta defienda «avances en el mercado interior europeo». Hegemonía bipartidista El PNV y CiU ya mostraron su disposición al consenso la semana pasada. Pero tanto IU como UPyD creen que este pacto es poco más que una operación de imagen de dos fuerzas que hasta ahora eran hegemónicas y, de pronto, han visto peligrar su supremacía. Centella alegó que Rajoy debería comparecer ante el pleno del Congreso antes de la cumbre, algo que no hará y que, hasta hace nada, también defendían los socialistas. Eso fue, de hecho, lo que pidió en un primer momento Rubalcaba, en sintonía con lo que hace en Alemania Angela Merkel, aunque al final se haya conformado con la proposición no de ley. Los socialistas priorizan la posibilidad de lanzar a la ciudadanía el mensaje de que han sido capaces de forjar un consenso en un momento difícil para el país. «No entendemos -critican desde su izquierda - que se pueda pactar con un gobierno que se mantiene firme en su reforma laboral y sus políticas de recorte». Centella, dirigente de un partido que nunca ha gobernado el país, argumentó que lo hay que hacer en Europa es «dar un golpe fuerte», «combatir radicalmente las cosas» y no admitir un pacto que no empiece por rechazar el pago de la deuda deba ser prioritario.