Diario de León

Prevenir la corrupción en vez de curarla

. Los expertos piden una reforma profunda del Tribunal de Cuentas, un mejor sistema de financiación local y más protagonismo de los técnicos frente a los políticos.

Publicado por
ander azpiroz | (colpisa) madrid

Creado:

Actualizado:

El derecho penal es el arma para castigar la corrupción. Cuando se recurre a ella significa que el daño ya está hecho. Es por ello que los expertos, aún manteniendo la administración de Justicia como eje principal para luchar contra el cohecho, la malversación o el tráfico de influencias, insisten en la necesidad de la actuación preventiva. Una fórmula para la que, sin embargo, se hace necesaria una profunda reforma en el funcionamiento y control de las administraciones públicas.

El primer asunto a tratar debe ser el Tribunal de Cuentas, como defendió el catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona Joan Queralt durante la jornada La corrupción política. Propuestas de medidas legislativas celebrada en el Consejo General de la Abogacía. Este órgano es el encargado de fiscalizar las cuentas del Estado, el sector público y los partidos. Pero, según resalta Queralt, «sus informes se emiten con un retraso de hasta siete años cuando el delito económico puede haber prescrito». Es por ello que el catedrático pone énfasis en dotar de mayor agilidad y poder sancionador al Tribunal de Cuentas. Pone como ejemplo el funcionamiento de su homólogo francés, que tiene potestad para despojar a un diputado de su acta si seis meses después de ser elegido encuentra alguna irregularidad en sus gastos electorales. Otro de los desafíos del Tribunal de Cuentas está en dotarlo de una absoluta independencia. En este punto Queralt de nuevo pone a Francia como modelo. Allí los funcionarios gozan de total autonomía respecto al Estado. «Eso hace que no tengan ningún temor a darle un palo a los poderes políticos», apunta el catedrático. La lucha contra la corrupción debe basarse en la dación de cuentas de los controladores. Para Queralt, se debe responder por los planes de inspecciones y de cuándo se hacen, una medida que contribuirá a hacerlos más eficaces. En definitiva, la corrupción es un fenómeno estrechamente ligado a la ineficacia de los controles. «Y en la medida que mejoremos estos mejor lucharemos contra ella», concluye.

tracking