Rubalcaba se garantiza la continuidad hasta la conferencia del PSOE en octubre
Griñán hace expreso su apoyo al calendario interno propuesto por Ferraz .
Los socialistas Valenciano, Mosco y Pérez Rubalcaba, ayer en el Congreso de los Diputados.
Una vez más, Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo se preparan para aguantar el último golpe de mar sin soltar el timón del PSOE. Y ya van muchas. La vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, insistió ayer en que no hay ni la más mínima intención de modificar el calendario que el partido se fijó en su último Comité Federal. Un calendario que, por otro lado, aclara poco sobre los plazos de las primarias. Lo importante ahora es llegar a octubre y celebrar la conferencia política en la que la formación renovará su proyecto político. Y eso, aseguran en Ferraz, no está en cuestión. Es lo que les han garantizado desde la federación andaluza.
El propio José Antonio Griñán -que desde hace varios meses se había convertido en el principal muro de contención frente a sacudidas como las provocadas por el apoyo del PSC al derecho a decidir, el órdago de los socialistas gallegos para elegir a su secretario general en primarias o la polémica moción de censura de Ponferrada- echó ayer otro capote público al líder de la oposición. Aunque esta vez fuera para frenar la marejada que él mismo ha creado con el anuncio de su próxima retirada, sucesión ‘atada’ mediante.
«Yo donde he hablado es en el Parlamento de la Junta de Andalucía -dijo en alusión a su discurso sobre la necesidad de dejar el paso a la savia nueva- porque soy el presidente; no he hablado para nada del partido».
Su número dos, Mario Jiménez, fue, si cabe, más claro. «Lo que se plantea en Andalucía (unas primarias exprés en julio, que situarán a la consejera de Presidencia Susana Díaz como cabeza de cartel) se agota exclusivamente en el ámbito del PSOE-A», dijo. «Alguien puede intentar utilizar cualquier cosa con tal de alterar los calendarios que tiene fijado el secretario general a nivel federal, pero Andalucía apuesta porque el calendario realizado a propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba se cumpla escrupulosamente y, desde luego, el secretario general lo sabe y la dirección federal cuenta con el respaldo de Andalucía para hacerlo posible».
Oxígeno
El vapuleado líder del PSOE ha vuelto a lograr, pues, un chute de oxígeno cuando parecía desahuciado. Y no solo por Andalucía. También los catalanes, la segunda federación en número de militantes, se desmarcaron de cualquier intento de desestabilizar ahora a la actual dirección del partido. Su portavoz en el Parlamento autonómico, Maurici Lucena, defendió en RNE que la decisión de Griñán de «bajar del tren» es muy respetable pero que, a su juicio, no tiene «ninguna conexión» con el futuro de Rubalcaba.
La posición de estas dos formaciones hace difícil por sí sola que el Comité Federal del próximo día 13 se descontrole y más aún dada la posición de otro nutrido grupo de barones. El valenciano Ximo Puig es partidario de dejar las cosas como están siempre que él pueda adelantar sus primarias (lo necesita ya para estar legitimado en su petición de la dimisión de Alberto Fabra) y Elena Valenciano dejó ayer claro que no se pondrán pegas a que cada territorio fije su propio calendario. Y tanto Patxi López, como el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández creen que es posible aguantar sin mover ficha hasta la Conferencia Política.
«Presión ambiental»
Algunos, como el castellano-manchego Emiliano García-Page, advierten en todo caso de que «habrá presión ambiental para que en octubre se fije el tipo de primarias» y se aclaren los plazos. Y lo que nadie niega en privado es que el mensaje de la renovación generacional que Griñán defendió ayer, y que también explica su apoyo a Carme Chacón en el 38 Congreso, pone a Rubalcaba, que aún no ha deshojado la margarita, frente al espejo.
La vicesecretaria general trató de contrarrestar ese efecto en unas declaraciones en los pasillos del Congreso. «Lo bonito del PSOE es que sepamos mezclar generaciones, que puedan trabajar Madina con Jauregui o Rubalcaba con Soraya Rodríguez, eso es lo bonito», alegó. «Y, además, Rubalcaba tiene una de las ejecutivas más jóvenes de la historia del partido».