Diario de León

El PSOE traza una hoja de ruta federal para sosegar las tensiones territoriales

El Gobierno responde a Rubalcaba que no es momento de «proyectos quiméricos».

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

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Agencias | Granada
León

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Objetivo cumplido. Alfredo Pérez Rubalcaba logró unir ayer a todos los líderes territoriales del PSOE, con sus distintas sensibilidades, en torno a una misma propuesta para la reforma del Estado autonómico.

No habrá, al menos en el corto plazo, divorcio con el PSC. Y, siquiera verbalmente, el partido asume que España debe avanzar hacia formas de relación y funcionamiento interno propias de modelos federales. Tras la foto de la unidad persisten, aún así, discrepancias sin resolver en las que ayer nadie quiso entrar. El texto aprobado en Granada bajo el lema La España de todos nació, efectivamente, con la idea de embridar uno de los problemas políticos más gravosos para la estabilidad institucional del país, el desapego creciente de los catalanes y el auge del independentismo. Se trataba de ofrecer un banderín de enganche al PSC para defender que Cataluña y el resto de España pueden y deben «seguir juntos», pero para lograrlo el PSOE se ha amparado en la indefinición.

«Este texto permite diecinueve discursos diferentes», admitía tras el encuentro uno de los dirigentes territoriales con más peso político. Y así fue. El primer secretario del PSC se vanaglorió de haber sido capaz de amarrar el grueso de sus exigencias. Otros, como el extremeño Guillermo Fernández Vara, hacen hincapié en los matices a cada una de estas premisas. El propio Rubalcaba advirtió de que «derecho a la diferencia no significa diferencia de derechos».

Puso el foco sobre uno de los contrapesos a cualquier límite a la solidaridad entre territorios y admitió que no hay una posición clara sobre quién debe formar parte del Senado. Aunque en aras del consenso no abogan, finalmente, por eliminar el artículo 150.2 de la Carta Magna —el que permite al Estado delegar o transferir competencias exclusivas a las comunidades autónomas— sí se inclinan por que la carta Magna recoja solo las competencias indelegables del Estado.

Tampoco casa con la de Rubalcaba la lectura que el líder de los socialistas catalanes hace de este párrafo en la propuesta de reforma constitucional: «La referencia expresa a cada comunidad serviría para que estas quedasen identificadas con la denominación por ellas elegidas en sus estatutos».

Navarro defiende que eso es tanto como reconocer que Cataluña es un «nación». El secretario general del PSOE remite, en cambio, a la sentencia del Tribunal Constitucional en la que se decía que «carecen de eficacia jurídica interpretativa las referencias del Preámbulo del Estatuto a Cataluña como nación y a la realidad nacional de Cataluña».

Por su parte, el Gobierno respondió de la mano del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien dijo ayer que «no es momento de proyectos quiméricos» de reforma del Estado, que solo conducen a «distraer» la tarea principal, que es «vencer» la crisis económica.

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