Medio año de la pesadilla Bárcenas
Hace sólo seis meses el PP y la justicia daban casi por finiquitado un asunto que las revelaciones suizas impulsaron y ahora marca la agenda política del país.
El ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, en una imagen de archivo.
Parece que hace toda una vida que Luis Bárcenas está en boca de todos y su caso acapara la vida política. Pero, aunque parezca increíble, hace solo seis meses que su figura irrumpió con fuerza en la escena nacional. Hace apenas medio año, el entonces ya ex tesorero vivía tranquilo, reimputado en el caso Gürtel, pero tranquilo.
Pero todo cambio hace seis meses. ¿Qué ha pasado entonces? Dos hechos relacionados, coinciden todas las fuentes, están en el origen de ese gran cambio: las revelaciones de las autoridades suizas sobre su extraordinaria fortuna y los gestos de distanciamiento del PP que el ex tesorero interpretó como una declaración de guerra.
El día clave
Una fecha pasará a los anales, el 16 de enero de 2013. Ese día, el juez Pablo Ruz dio traslado a las partes de la información que acaban de remitir las autoridades suizas, que sacaban a la luz que Bárcenas había llegado a tener 22 millones en el Dresdner Bank, pero había vaciado sus cuentas en los últimos años. La noticia causó conmoción en el PP, donde el asunto Bárcenas estaba arrinconado desde hacía meses.
El mismo PP comenzó a romper amarras. Sus frases hacia el hombre que controló sus cuentas dejaron de ser amables, pero no todos los contactos se habían roto. De hecho, el presidente del Gobierno seguía en contacto telefónico con el ex tesorero. El partido le comunicó ese mes de enero que se olvidara de su sueldo, cobró 724.202 euros por figurar durante dos años y diez meses, y que tampoco iba a financiar más su defensa, que ya ascendía a unos 400.000 euros. Bárcenas se agarró un enfado bíblico y empezó a rumiar como su venganza, o su chantaje. Su primera opción, comenzar a hablar pero sin figurar. Sólo dos días después de conocerse su fortuna aparecieron informaciones sobre los sobresueldos. Y el 31 de enero El País publicó las fotocopias de sus papeles.
Todas las fuentes judiciales y políticas consultadas apuntan a que ese órdago marcó el punto de no retorno. A partir de ahí solo era cuestión de tiempo que el imputado tirara de verdad de la manta. Pero hasta que se decidió a hacerlo jugó durante semanas al ratón y al gato con el PP.
Pablo Ruz, el 25 de febrero, llamó a declarar al ex tesorero sobre la supuesta caja opaca del PP. El regreso de Bárcenas a la Audiencia Nacional llevó aparejada una nueva andanada del imputado contra su ex partido, al que responsabilizaba de todos sus males, momento en el que se escenificó su ruptura y el último sms con Rajoy. En marzo Ruz, tras quedarse con el caso de los papeles tras una larga pelea judicial, abrió una pieza separada. En abril y mayo, no hubo grandes novedades, pero todo se volvió a acelerar con las informaciones de Suiza.
Hasta el 27 de junio, cuando Ruz mandó a la cárcel sin fianza a Bárcenas. El encarcelamiento fue el detonante de una cascada de revelaciones que nadie sabe, salvo el depositario de las informaciones, hasta dónde va llegar.