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León restaña las heridas del incendio

El Ayuntamiento de León. culmina la rehabilitación del edificio de Ordoño que asoló el fuego hace un año. . La Policía Científica confirmó el origen fortuito de las llamas por un recalentamiento de un reloj de fichar.

Imagen de la zona cero del incendio del edificio de Ordoño, en una imagen tomada días después, el 20 de agosto

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manuel c. cachafeiro | león
León

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«Arde el Ayuntamiento» tituló a toda página este periódico en la edición del 11 de agosto de 2012, con una gran foto por arriba de un bombero echando agua desde una grúa al edificio municipal de Ordoño II.

Si ya la situación del Ayuntamiento de León era compleja en lo económico, el incendio de su sede principal añadió hace un año nuevos dolores de cabeza en un verano que, por lo demás, parecía tranquilo, con muchos leoneses de vacaciones. Una pesadilla que poco a poco fue pasando, pero que aún tiene secuelas hoy, 364 días después. La más importante: parte del edificio anexo de Ordoño, la más afectada, no se ha vuelto a levantar.

Todo empezó la tarde del sábado 10 de agosto, pasadas las 15.20 horas. Las llamas se adueñaron de una de las plantas del edificio y de forma muy rápida se propagaron a los pisos superiores. Fue una tarde de nervios, que hizo necesaria no sólo la intervención de los Bomberos de León; también acudió un pelotón de la Unidad Militar de Emergencias y un camión-grúa enviado por el Ayuntamiento de Valladolid, prueba evidente del alcance del fuego.

Hasta las 20.04 de la tarde, casi cinco horas después, el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, no dio por controladas las llamas. Un Emilio Gutiérrez que, en estos últimos 12 meses, ha tenido que afrontar y superar una situación inédita. Ningún Ayuntamiento de capital de provincia había visto arder antes su sede principal.

El alcalde estableció una hoja de ruta de inmediato. Al día siguiente ya funcionó el registro de entrada y salida de documentos en una oficina habilitada en San Marcelo, y también se creó un gabinete de crisis para tomar las decisiones más urgentes. Todo con un objetivo: restablecer la normalidad lo antes posible.

La primera, desde el lunes siguiente, 13 de agosto, fue el traslado de 200 empleados de Ordoño a seis sedes distintas, la mayor parte a San Marcelo.

Dudas también que fueron disipándose, como el alcance de las llamas en el ordenador central. Hubo daños pero no afectaron a lo esencial. Ni a los datos del contribuyente ni, para desgracia de algunos, a los ficheros de multas pendientes.

También la Policía Científica empezó su investigación, después de descartarse desde el primer momento que fuera intencionado. Agentes de León, Valladolid y Madrid rastrearon el incendio hasta llegar al punto de inicio. En su informe, meses después, se consideró el fuego «involuntario» y se fijó su zona cero en la planta tercera, estableciendo su origen en un reloj de control de fichar, incluido dentro de un equipamiento informático, que se habría cortocircuitado por recalentamiento.

También la oposición del PSOE y la UPL colaboró en el mantenimiento de la normalidad, con una actitud constructiva, lejos de la polémica. También pidió una comisión de investigación, que el alcalde nunca atendió. El Ayuntamiento recibió la ayuda de la Junta para la instalación de ordenadores y para utilizar el centro de supercomputación de León de la Consejería de Fomento. De otras cartas, pidiendo ayuda a Herrera y Rajoy, nunca más se supo.

El Ayuntamiento recibió del seguro 5,2 millones de euros, de los 9 contratados en la póliza si se hubiera destruido por completo la sede de Ordoño. Un dinero con el que se han pagado cientos de facturas.

Como imagen en positivo quedó el viejo Pendón Real. Colocado en el despacho del alcalde en Ordoño se salvó de las llamas, aunque siga oliendo a humo.

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