Los testigos confirman que el conductor se inculpó
El juez instructor del accidente del Alvia, Luis Aláez, tomó ayer declaración a quien ejercía de jefe de circulación de la estación de Santiago en el momento del siniestro y a dos vecinos del barrio de Angrios que aquel 24 de julio fueron los primeros en socorrer al maquinista del tren, instantes después del descarrilamiento.
Los tres confirmaron lo que ya habían declarado a la Policía, que el conductor del convoy confesó ir a mucha más velocidad de la debida por una distracción y que decía que se quería morir tras ver el trágico resultado de su error.
Asimismo, según explicó, en declaraciones a los medios, el abogado de la aseguradora Allianz, Roberto Botana, el magistrado cuestionó al jefe de circulación de la estación de Santiago sobre aspectos esencialmente técnicos. «Se le ha preguntado cómo funciona la estación, cuáles son sus competencias, en dónde empieza y en dónde acaba la estación y cuál es su capacidad de control sobre la gestión de trenes», señaló.