Diario de León

Bárcenas y Páez llegaron a las manos antes de que el gerente saliese del PP

El ex tesorero le acusó de traición por despachar directamente con Cospedal.

Rosalia Iglesias, mujer de Bárcenas, a la salida de la Audiencia Nacional el pasado junio.

Rosalia Iglesias, mujer de Bárcenas, a la salida de la Audiencia Nacional el pasado junio.

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a. montilla | (colpiSa) madrid

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Gritos, amenazas y empujones. Este fue el epílogo de la relación entre Luis Bárcenas y Cristóbal Páez, que durante seis años fue el hombre de confianza del ex tesroero en el área económica del PP hasta el punto de nombrarlo gerente del partido en 2008. Incluso llegaron a las manos en marzo de 2010, semanas antes de que comenzara a pergeñarse la salida de ambos del PP, según desvelan fuentes del partido presentes en la discusión que tuvo lugar en la sexta planta de la sede nacional del PP, en el número 13 de la madrileña calle Génova, donde ambos compartían despachos contiguos.

No era la primera vez. Bárcenas y Páez se habían enzarzado con anterioridad en más de una discusión altisonante. «Era vox pópuli en toda la ‘casa’ (como los trabajadores del PP llaman coloquialmente a las instalaciones de la calle Génova) que las relaciones entre los dos se habían tornado imposibles, lo que extrañaba mucho porque llegaron a ser uña y carne», comenta un ex alto cargo popular. Es más, el ex tesorero tuvo que calmar los ánimos en varias ocasiones entre los empleados del PP, que se quejaron de los modos de Páez, mucho más «autoritario y casi hiriente» que Bárcenas a la hora de comunicar decisiones laborales como el despido o el traslado de personal administrativo.

Hasta en eso cambió el gerente. En una comunicación interna que envió a toda la plantilla de la sede nacional del partido a modo de despedida, el 30 de junio de 2010, intentó explicar que su forma de actuar obedeció en todo momento a un intento de cumplir de manera «escrupulosa» con la legalidad. En esta misma misiva agradeció a «quienes me han honrado con su amistad, apoyo o sencillamente respeto». Una imagen muy alejada de la de hombre «altivo», como lo recuerdan otros.

Falta de química

La falta de química entre María Dolores de Cospedal y Bárcenas y, sobre todo, la imputación inicial del ex tesorero en el caso Gürtel, en junio de 2009, propiciaron que Páez comenzase a despachar sin intermediarios con Cospedal e, incluso con Rajoy. Dos circunstancias que irritaron de manera notoria a Bárcenas, que se sintió traicionado por su delfín. Tal fue la inquina y el distanciamiento que Bárcenas puso como una de sus condiciones irrenunciables para su marcha que el propio Páez abandonase el partido.

El ex tesorero se enteraría más tarde que, tal como informó ayer el diario El Mundo , Páez llegó a cobrar una indemnización mucho mayor que la suya. El gerente, que estuvo seis años en la nómina del PP, percibió 350.000 euros «por una extinción laboral convenida» mientras que Bárcenas, con casi 30 años trabajando para la dirección popular, sólo obtuvo 256.000 euros, aunque es cierto que reclama más de 800.000 en el conflicto por desido improcedente que tiene planteado en un tribunal de Madrid. Páez, que reside actualmente en Argentina, intentó el pasado 12 de agosto no agraviar a Bárcenas durante su declaración como testigo ante el juez Pablo Ruz.

La investigación judicial sobre la fortuna que amasó Bárcenas y sobre la presunta contabilidad B del PP continuará en septiembre ajena a estos avatares.

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