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Mas se ‘reagrupa’ en Cataluña por el portazo de Rajoy al referéndum

Responde al presidente que sólo está dispuesto a negociar la fecha de la consulta.

Mas ayer, en la inauguración de una fábrica en la localidad donde prendió el soberanismo.

Publicado por
Cristian Reino | barcelona
León

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Conjunta, unitaria y lo más consensuada posible entre la mayoría de las fuerzas políticas del Parlament catalán. Esta es la respuesta que el president Mas tratará de dar al portazo de la Moncloa a su petición de un acuerdo para celebrar una consulta sobre la independencia de Cataluña.

Una vez que se hizo pública la carta de Rajoy, el Govern catalán evitó dar una contestación inmediata al presidente del Gobierno. Desde la Generalitat afirmaron que antes de hacer cualquier valoración tenían que estudiar el contenido de la misiva con detenimiento. La posición del Govern —que ya intuía el no de Rajoy a la consulta, si bien en los días previos señaló que tenía mucho interés en conocer los matices— la fijó Artur Mas unas horas antes de recibir la comunicación de la Moncloa.

El dirigente nacionalista anunció que en el próximo debate de política general (la versión autonómica del debate sobre el estado de la nación), que empezará el 25 de septiembre en la Cámara catalana, buscará un frente común para dar una réplica al presidente del Gobierno, que esté a la «altura» de una ciudadanía que «unió sus manos» y salió a la calle en la Diada para «defender» un proyecto para todos.

Mas lamentó que, un año después, el Gobierno vuelva a cerrarle las puertas (tras el no al pacto fiscal en el 2012) en la búsqueda de una salida que satisfaga a todos: la «legitimidad del pueblo catalán en sus reivindicaciones y los marcos legales que existen». Hace un año, ante la respuesta negativa de Rajoy a su reclamación de un concierto económico para Cataluña, Mas disolvió el Parlament y convocó elecciones anticipadas a mitad de la legislatura. En esta ocasión, dará al jefe del Ejecutivo central una réplica «firme y serena» en la Cámara catalana, que haga «honor» al clamor soberanista de la cadena humana que el pasado 11 de septiembre congregó a cientos de miles de catalanes a lo largo de 400 kilómetros.

Por si a alguno le quedaba alguna duda sobre el compromiso inequívoco de Mas con el referéndum, el president quiso cargar de simbolismo la comparecencia pública que hizo ayer: el día de la respuesta a Rajoy. Mas eligió Arenys de Munt (Barcelona), la localidad que encendió la mecha de las consultas independentistas hace cuatro años, donde inauguró las nuevas instalaciones de la marca Frime, una empresa familiar dedicada al comercio del pescado que ha adquirido una nave de 5.000 metros cuadrados para concentrar su producción en Catalunya.

No hay marcha atrás

El planteamiento de partida de Mas y de CiU, de momento, es firme en la apuesta por la convocatoria de una consulta en el 2014. Desde el Govern y desde la formación política que lo respalda insisten en que no hay marcha atrás y que cualquier oferta que llegue de Madrid y que no incluya negociar la consulta, arriba tarde.

El nacionalismo catalán ha pasado página y ya no busca soluciones al encaje de Cataluña dentro de España. Convergència está en un escenario de ruptura y tras el no de Rajoy expresó (también horas antes, emulando la estrategia de respuesta que eligió la Generalitat) que mantendrá su hoja de ruta hacia el estado propio —que tiene su primera estación en el referéndum previsto para el año que viene— y que lo único que está dispuesto a negociar con el Gobierno central es la «fecha de la consulta». Incluso Unió Democrática, que hasta la fecha había mantenido una postura más templada y posibilista y que había tratado de mantener los puentes de diálogo entre ambas administraciones, afirmó que no cambiará su compromiso de celebrar la consulta el año que viene.

«Queremos votar, pero si el Gobierno tiene una alternativa sobre la mesa la escucharemos, aunque en ningún caso puede ir en contra de poder consultar al pueblo de Cataluña», señaló Unió. Josep Antoni Duran Lleida, sin embargo dijo tras leer la misiva que Rajoy no cierra puertas y que la oferta de diálogo permanente debe tomarse en serio.

Cuestión de números

En cualquier caso, la contundencia de la resolución unitaria que apruebe el Parlament a favor de la consulta e instando al Gobierno a negociar un salida pactada dependerá del nivel de consenso que busque el president de la Generalitat. Si quiere una respuesta muy mayoritaria de 107 de los 135 diputados de la Cámara catalana (CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP, que suman el 80% de escaños), deberá limitarse a reclamar un referéndum legal y acordado con el Gobierno. Pero si pretende aprobar una declaración de mayor calado y más intensa en el desafío al Estado debe saber que ni el PSC ni Iniciativa, que son favorables a la celebración de una consulta, participaron de manera oficial en la cadena humana de la Diada.

En lo que llevamos de legislatura, poco menos de un año, el Parlament catalán ya ha aprobado dos declaraciones solemnes a favor del derecho a decidir y por tanto la que anuncia Mas sería la tercera en nueve meses.