La Generalitat acepta el diálogo con Rajoy pero mantiene el referéndum
Mas evita la confrontación abierta y acepta la mano tendida por el Gobierno central .
Artur Más explorará el diálogo que le ofrece Mariano Rajoy, pero sin renunciar a celebrar en el 2014 el referéndum soberanista. Firme, pero cauta, evitando la confrontación abierta y dejando una puerta abierta a la negociación. Esa fue la reacción oficial de la Generalitat a la carta que el presidente del Gobierno envió el sábado a Mas, pese a que de su lectura intuya una respuesta negativa a su petición de pactar una consulta soberanista legal en Cataluña.
La Generalitat entiende que la contestación del jefe del Ejecutivo central no ha estado a la altura de lo que reclamó la ciudadanía en la Diada y en las pasadas elecciones: poder ejercer el derecho a decidir. Y, sobre todo, que no se ajusta a lo que deseaba el Ejecutivo de Mas, que esperaba que Rajoy se reencarnara en David Cameron y se aviniera a negociar de manera abierta la fecha, la pregunta y el tipo de referéndum.
La carta de Rajoy decepcionó en el Palau de la Generalitat. Sin embargo, el Gobierno catalán, que tenía mucho interés en analizar los matices porque las líneas generales ya las intuía, trató de extraer un par de lecturas positivas o, al menos, esperanzadoras para sus intereses.
Una reacción calculada
Por un lado, la apelación que hace Rajoy al diálogo «leal», «comprometido» y «sin fecha de caducidad» para resolver «diferencias políticas» y, por otro, la sensación de que esta vez, a diferencia de hace un año con el pacto fiscal, la Moncloa no ha querido dar un sonoro portazo. El portavoz de la generalitat, Francesc Homs, en una reacción calculada y muy medida, aceptó la mano tendida al diálogo del Gobierno central.
Homs indicó que el hecho de que Rajoy no explicite en su carta el rechazo a una consulta soberanista permite a la Generalitat tomarse «muy seriamente» esta oferta.
«Exploraremos este compromiso», dijo Homs.
Nada nuevo, en cualquier caso, teniendo en cuenta que Rajoy y Mas mantienen hace tiempo una línea abierta y las conversaciones discurren de manera discreta, aunque con escasa periodicidad. Lo que no aclaran ninguna de las dos partes es el contenido de las conversaciones. En público, desde el PP señalan que Rajoy y Mas negocian un nuevo modelo de financiación y acuerdos contra la crisis.
La carta lo apunta, ya que el presidente del Gobierno habla de dar una respuesta conjunta a los «necesidades reales» de la gente. Mientras, desde el nacionalismo catalán insisten en que el diálogo tiene que centrarse en dar salida a la consulta.
Rajoy, en su misiva, da a entender que próximamente contestará al informe jurídico que le remitió Mas con las cinco vías posibles que ha identificado el consejo asesor para la transición nacional para convocar un referéndum legal y pactado, así que éste podría ser uno de los temas que se pongan sobre la mesa.
«Suponemos que querrá hablar a fondo de las cosas, porque en la carta no lo hace», dijo Homs sobre el dosier jurídico.
Siguen los planes
El hecho de que Rajoy no responda sobre las cinco vías legales para la consulta y que haya evitado el ‘no’ explícito al referéndum se ha interpretado desde sectores nacionalistas como una la puerta abierta a un referéndum tolerado, aunque la Generalitat evitó una lectura tan optimista. «Ya veremos las consecuencias del diálogo», remató Homs.
Mas acepta la invitación de Rajoy a continuar con las conversaciones, pero desde la premisa de que los contactos no someterán al proceso soberanista a «dilaciones innecesarias». Es decir, quiere ir al grano y no está dispuesto a moverse ni un milímetro de su posición de partida. Mantiene intacta su hoja de ruta soberanista, que pasa por fijar la fecha y la pregunta de la consulta en dos o tres meses y celebrarla en 2014.