La autovía Ponferrada-Orense, la gran olvidada que deja mal sabor de boca

La consignación de apenas 100.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado para la elaboración del proyecto técnico de los primeros siete kilómetros bercianos de autovía de Ponferrada a Orense, la A-76, ha dejado mal sabor de boca entre la clase política y colectivos sociales. Dependiendo de a qué formación política se le pregunte, las tintas críticas se cargarán más o menos contra la decisión del Gobierno central.

En el PP, fuera de micrófono y en confidencia, los consultados se quejan de que la A-76 sea de nuevo la gran olvidada de estos presupuestos, aún cuando se quiere hacer un guiño mínimo presupuestario, consignando una partida para decir que al menos sigue el proyecto vivo, pero demorándose de nuevo año tras año.

Desde el PSOE, ahora en la oposición, parece haber cambiado su tono crítico a mayores, olvidándose que en su gobierno había un ministro gallego como José Blanco que prometió y reprometió que esta autovía se haría. Ahora, desde las filas socialistas se carga contra el PP por el paupérrimo presupuesto de este año y lo que seguirá en próximas anualidades.

Los alcaldes de la zona beneficiada por la autovía no ocultan tampoco su malestar. Aunque valoran de forma positiva que al menos se tenga en cuenta un dinero para comenzar a elaborar el proyecto técnico desde Villamartín de la Abadía (municipio de Carracedelo) hasta la zona de Requejo (Sobrado), creen que el Gobierno central debía ya de apostar de manera clara y decidida por la inversión y comunicar de una vez por todas la autovía del Noroeste con la de las Rías Baixas, permitiendo así la salida de productos del sur gallego y norte de Portugal hacia la meseta y norte de España y Francia. Con todo, los alcaldes creen que al menos se priorizarán el tramo del Bierzo y de la zona de Valdeorras, en el municipio de Rubiana, una de las demandas ya planteadas en varias ocasiones.