El gobierno catalán subraya que las cuentas alientan el soberanismo
El conseller de Presidencia catalán y portavoz del Govern, Francesc Homs, afirmó ayer que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 no contienen «gestos de grandeza» hacia Cataluña ni responden al «sentido común» y, por contra, dan argumentos a favor de la senda soberanista del ejecutivo catalán.
Homs ha confiado en que se revisen al alza unas cuentas que «siguen con la política de reducciones de inversiones» hacia Cataluña y que, a su juicio, se han elaborado sin respetar la «lealtad institucional». Ante el proyecto de Presupuestos del Estado de 2014, que reduce en comparación al año pasado un 25 % la inversión en infraestructuras y en un 21 % los fondos de suficiencia a Cataluña, Homs ha afirmado en tono irónico, que desde el Estado se dice que se «quiere mucho» a Cataluña pero, en vista a los números, parece que es, ha dicho, «una manera peculiar de amar».
También se ha referido al «gesto de grandeza» requerido ayer por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al presidente de la Generalitat, Artur Mas, para frenar su apuesta independentista. Homs se ha acogido a esta frase para asegurar que «no se atisba ningún gesto de grandeza ni de sentido común en estos presupuestos».
Por su parte, el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, reconoció ayer que ve «francamente complicado» que el Ejecutivo autonómico pueda apartarse de la obligación de aplicar la congelación salarial a los funcionarios, establecida por el Gobierno central. No obstante, ha reconocido que no hay mucho margen para sortear esta nueva congelación salarial. Así, se ha referido a la amplia jurisprudencia del Tribunal Constitucional que existe desde la etapa de Felipe González como presidente, en los 90, referida al ámbito de la función pública, y ha advertido de que el expresidente socialista invocó dos títulos competenciales «para atar en estrecho las retribuciones de los empleados públicos de las comunidades autónomas». Uno es el régimen jurídico de las administraciones públicas y otro el de la ordenación general de la economía, ha explicado, ya que entonces se argumentó que «las retribuciones de los funcionarios eran muy importantes a efectos de controlar el déficit público». Por tanto, «hay escaso margen».