Rubalcaba se planta ante Patxi
El dirigente del PSOE sostiene el pulso y deja claro a uno de los posibles aspirantes a sucederle que las primarias para elegir candidato se pegarán a las generales .
Rubalcaba y Patxi López ayer, en Bilbao.
No cabía ninguna duda de que Alfredo Pérez Rubalcaba mantenía intacta su opinión sobre cuál debe ser la fecha de las primarias del PSOE, pero por si acaso hoy volvió a dejarlo claro. Lo hizo frente de Patxi López, que la semana pasada se mostró partidario de que el proceso de designación del futuro candidato a la presidencia del Gobierno se abra rápido, una vez pase la Conferencia Política de noviembre en la que el partido renovará su proyecto ideológico. El secretario general de los socialistas insistió en que, como en otros países y por pura estrategia electoral, lo lógico sería que no se vaya más allá de seis meses antes de las legislativas.
Lo cierto es que si Rubalcaba se adentró en ese terreno no fue, o al menos no aparentemente, por dar en los morros al ex lehendakari.
Su participación conjunta en la clausura de la Conferencia Política de las Juventudes Socialistas, que se celebró este fin de semana en Bilbao, tenía el objetivo añadido de escenificar la buena relación de la que ambos presumen en un momento en el que el clima interno se haya enrarecido.
Fue una de las representantes de la organización juvenil del partido la que abrió la espita al poner sobre la mesa una inquietud que, según sostienen muchos líderes territoriales, está muy extendida entre las bases. Hacen falta unas primarias «ya, le dijo, para «generar ilusión» en la ciudadanía.
El líder de los socialistas vascos optó por guardar silencio. Ya antes había sorteado una cuestión de ese tipo para dejar constancia de su apoyo a la labor que Rubalcaba ha desempeñado hasta ahora. «El orden de los factores altera el producto y por eso digo que lo estamos haciéndolo bien. Lo que espero es que la gente se sienta identificada con lo que está proponiendo el PSOE y que seamos muy radicales en al exposición de nuestras propuestas, muy contundentes y muy duros al enfrentarnos a lo que está pasando ahora desde la izquierda», defendió.
«Y después, entre todos, elegiremos quién lleva esto adelante», añadió eludiendo hablar de plazos.
Rubalcaba en cambio se mojó. Primero hizo hincapié en que, pese a lo que dicen los críticos, él sí quiere primarias, que las quiere abiertas a los simpatizantes y que en la Conferencia Política se aprobará el mecanismo para que así sean tal y como prometió en el Congreso federal de febrero del 2012, en el que fue elegido.
«¿Las primarias pronto? Eso no lo dije —alegó— porque pienso que son un instrumento de movilización electoral que los partidos sitúan cuando les conviene más».
Como el resto
El líder del PSOE recordó así que el partido socialista francés celebró sus primarias abiertas seis meses antes de las presidenciales —en las que su candidato, François Hollande se alzó con la victoria pero por un margen menor del que, nada más ser designado, le auguraban las encuestas—, el Partido Democrático, de centro izquierda, en Italia a tres meses de las generales, y el partido «de Obama» en Estados Unidos, el Demócrata, a seis meses de los comicios.
«Cuando todo el mundo las pone ahí —esgrimió— alguna razón habrá. Vamos a mirar lo que hayan hecho otros porque nosotros las vamos a hacer por primera vez».
Rubalcaba afirmó además que «no nos podemos permitir» un Gobierno «torpe, insensible y mentiroso» y puso como ejemplo que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asegurara que había 500.000 trabajadores españoles «en B» cuando era un dato «falso», y ha subrayado el hecho de que lo dijera «ella», miembro del PP, partido que «lleva 20 años en B».