«Habría que celebrarlo dando uso a la estación»

El historiador Javier Revilla, experto en patrimonio industrial, imparte esta tarde (19.30 horas) en el Museo de León la conferencia 150 años de ferrocarril en León organizada por la asociación Promonumenta.

—Se ha dicho que la inauguración fue el 9 de noviembre.

—Es un error que se ha ido repitiendo. Pero la realidad es que, como atestiguan las crónicas de El Esla, el Boletín del Obispado, La Regeneración y La Libertad no dejan lugar a dudas. Fue el 8. El 9 entró en servicio.

—Salvo por esta conferencia. León se ha olvidado de esta efeméride. ¿Imperdonable?

—Lo de León es chocante porque le debe mucho al ferrocarril, que marcó el desarrollo de barrios enteros y la llegada del ferrocarril es el acontecimiento más importante de la época contemporánea.

—¿Por ejemplo?

—La mejor celebración sería darle un nuevo uso a la estación. Tenemos una de las estaciones más antiguas de España. Es verdad que el edificio y la marquesina se elevaron una planta sobre el original, pero quedó la base. Lo cierto es que hasta ahora nunca se había estudiado la inauguración.

—¿Tiene alguna propuesta?

—Me inclino por la idea de un museo, como la Asociación de Amigos del Ferrocarril, pero cambiando el concepto clásico. La marquesina es una joya y hay dos máquinas BIC: la Mikado y la Inglesa.

—¿Le debemos a Galicia la llegada del tren a León?

—La iniciativa primera es gallega. Son los que tiran fuertemente. Tanto que Isabel II asistió a una inauguración testimonial en 1858 en La Coruña.

—Parece que León respondió con mucho entusiasmo.

—El impulso de los particulares fue muy importante al crearse la junta de suscripción y el municipio cedió 33 hectáreas de terreno.

—Hubo más de 3.000 trabajadores. ¿Se utilizó también material local?

—No, todo el hierro y las máquinas se trajeron de Inglaterra, Francia, Bélgica. La Compañía de Ferrocarriles del Noroeste tenía sede en la calle la Salud de Madrid, pero era de capital francés. La Ferrería de San Blas aún estaba en funcionamiento, aunque ya en declive pero no se hizo nada en sus altos hornos.