No hay responsabilidad del Estado por el robo de los explosivos del 11-M

La Audiencia Nacional rechazó ayer que el Estado tenga responsabilidad alguna por el robo en una mina asturiana de los explosivos que los terroristas islamistas utilizaron el 11 de marzo de 2004 para volar cuatro trenes de cercanías en Madrid y cometer el mayor atentado de la historia de España, con 191 muertos y cientos de heridos de diversa consideración.

La Sala de lo Contencioso de este tribunal llegó ayer a esta conclusión cuando decidió denegar la petición de un millón de euros de indemnización que la familia de uno de los fallecidos en los atentados del 11-M reclamó al Ministerio del Interior por considerar que la matanza se debió a «una absoluta falta de control» por parte de la Administración sobre los detonadores y cartuchos de goma-2 que se guardaban en Mina Conchita. Los magistrados, de esta forma, confirmaron la resolución previa del propio ministerio, que ya había denegado la petición de indemnización.

Vigilancia

El tribunal explica que aunque el Ministerio del Interior es quien debe realizar las labores de control de los explosivos de esa obligación legal no cabe deducir que sea el responsable directo de cualquier hecho que suponga riesgo con este tipo de productos y en cualquier punto de España. De hecho, añade que la vigilancia de los depósitos comerciales y de consumo de explosivos corresponde a los agentes de las empresas de seguridad y a los directivos de las explotaciones, por lo que no cabe achacarle responsabilidad a Interior.

La propia sentencia de los atentados del 11-M, pese a reconocer el insuficiente control sobre los explosivos de la mina por parte de la Guardia Civil, a quien responsabiliza directamente del robo es al vigilante y al ingeniero al cargo, recuerda la Audiencia Nacional.

Además, y como última consideración, indica que los únicos responsables de los atentados son los terroristas y que sin nexo causal entre la actuación de Interior y el daño provocado no hay responsabilidad patrimonial del Estado.