Iniciativa recela de la hoja de ruta marcada por CiU y ERC

Artur Mas inició hace un año la legislatura de la consulta, presumiendo de un consenso del 80% de los diputados catalanes en torno al referéndum. Sin embargo a medida que se acerca 2014, el año previsto para la votación sobre el futuro de Cataluña, el frente pro-consulta se debilita cada vez más. El primero que se ha apeado del tren ha sido el PSC.

De momento, el no socialista al frente soberanista y a la hoja de ruta diseñada por CiU y ERC ha provocado que el porcentaje del 80%, que Mas presentaba como su principal aval, ha caído al 64%, algo menos que los dos tercios que se necesitan para modificar leyes importantes, como el Estatut. Esos casi dos tercios, además, pueden menguar, porque Iniciativa per Catalunya también duda. La formación ecosocialista, como el PSC, tiene dos almas claramente diferenciadas -una más catalanista y la otra más de izquierdas- y aunque apoyó en el Parlamento autonómico una moción favorable a una consulta unilateral, amenaza con romper el consenso si Convergència y Esquerra insisten en reducir la negociación sobre la pregunta a una cuestión de independencia sí o no. Sin ICV, el consenso caería al 54% y Mas se quedaría solo con los independentistas de Esquerra y los de la CUP.

La posición de ICV, en cualquier caso, se sabrá en breve. Y coincidirá en el tiempo con la respuesta a la incógnita sobre si las últimas desavenencias entre CiU y ERC son maniobras tácticas o si son diferencias de calado que anticipan un distanciamiento mayor. En los últimos días la federación nacionalista y la formación republicana se han colocado en bandos diferentes en una votación sobre el derecho a decidir.