La presidenta de Navarra reclama «justicia ante la agresión que sufrí»
Mantiene la petición de cárcel contra los autores de los tartazos.
La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina.
«Solo reclamo justicia ante la agresión que sufrí». La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, se mostró ayer firme en su alegato y mantuvo su petición de entre nueve y seis años de prisión contra los cuatro procesados por agredirla con tres «tartazos» cuando presidía una reunión de trabajo en Toulouse, Francia, en octubre de 2011.
Barcina relató al tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la hechos que vio bajar a un grupo de personas trajeadas que se abalanzaron sobre ella y que le golpearon con tartas de merengue en la cara y en la cabeza. «Me causó sorpresa, daño y desorientación y me hizo mucho daño. Me levanté por instinto, no podía ver y una persona -su escolta- me sacó de la sala. Me podían haber dado los golpes que quisieran», aseguró.
La presidenta de Navarra comentó que lleva muchos años con responsabilidades y nunca antes había experimentado esta sensación de «pens ar lo fácil que es atacar a un cargo público», de ahí que mantuvo que su denuncia contra los imputados era para hacer justicia ante una agresión que no puede quedar impune.
Los acusados, Gorka Ovejero Bengoa, teniente de alcalde de la localidad navarra de Arruazu en el momento de los hechos, Ibon García Garrido, Julio Martín Villanueva y Mikel Álvarez Forcada, que se enfrentan además a una petición de la Fiscalía de cinco años de cárcel y 2.700 euros de multa, negaron su autoría y sólo contestaron a su abogado, al que le dijeron que no estuvieron en Toulouse el día de la agresión. Todos ellos forman parte del Movimiento de Desobediencia al Tren de Alta Velocidad, ‘Mugitu!’, en Navarra.
La fiscal del juicio, Blanca Rodríguez, insistió en que la autoría de los acusados está acreditada con el vídeo del acto.
Sobre su petición de cinco años de prisión, dijo que «no se trató de una tontería o una broma» como pretenden hacer ver las defensas, sino de un hecho mucho más grave, un atentado a la autoridad que representaba Barcina como presidenta de Navarra.