Confían en que tengan pruebas del sabotaje
. . La dirección de UGT cuestiona que se despidiera fulminantemente a un trabajador como autor del borrado de documentos y se suma a la tesis formulada por el afectado.
La actuación de UGT Andalucía tras la denuncia de un supuesto sabotaje interno para eliminar archivos vinculados a las facturas irregulares del sindicato no acaba de convencer a la dirección confederal, que cuestionó que se despidiera fulminantemente a un trabajador como autor del borrado de documentos. «Espero que la ejecutiva regional tenga pruebas del borrado y pueda demostrar que ha sido obra de ese trabajador», retó el secretario general de acción sindical, Toni Ferrer.
Sin desmentir directamente a la dirección andaluza, el número dos de la organización se sumó a la tesis formulada el día anterior por el trabajador despedido, Laureano Conde, exresponsable de acción sindical en la central andaluza, al apuntar la dificultad de que desde un terminal cualquiera se pueda proceder al borrado definitivo de archivos contables. Una operación de «envergadura», según definió Ferrer, que «solo está al alcance de la dirección del sindicato». Ya el día anterior, Conde detalló en rueda de prensa que se trata de archivos almacenados en un servidor y modificables únicamente por los administradores del sistema. Y apuntó que el supuesto programa informático que la central dice que se usó para el sabotaje sólo es valido para borrar archivos temporales de Internet en el ordenador, y no eliminarlos definitivamente.
Así, Ferrer confió en que UGT Andalucía tenga pruebas y las demuestre ante los tribunales que tengan que dirimir la nulidad o no del despido. Sobre lo que dijo no tener ninguna duda es sobre el robo de documentación de la organización. «Es evidente que hay una lluvia ácida» de documentos internos del sindicato «que se está filtrando» a través de los medios de comunicación, aseveró. Ferrer aseguró no tener información acerca de quién, cuando o cómo se filtraron esos documentos.